domingo, 30 de diciembre de 2012

Rudolf Steiner


    Una inesperada visita al Corte inglés no podía terminar sin pasar por la sección de libros. Dejando detrás las lejas de libros de auto ayuda y literatura general me di cuenta de que tenían una selección buena en novela histórica y justo al lado me encontré este libro tan curioso. La portada desde luego es poco llamativa: es un retrato de Rudolf Steiner con gesto serio. Pero cuando leí que había tenido relación con la teosofía la cosa cambió. No es que tenga un especial interés por ese tipo de agrupaciones pero cuando en una ocasión escuché que las pinturas de Kadinski y Mondrian fueron profundamente influenciadas por estos movimientos espiritualistas me volví más receptivo. Saber que detrás de aquellos cuadros tan llamativos de Kadinski había un movimiento espiritualista era algo que me sorprendió en su momento. Sobre todo porque cuando yo miré uno de esos cuadros jamás pensé que hubiera algo parecido detrás. Esa receptividad hizo que al final comprara el libro para intentar comprender un poco esos movimientos.

  Este libro antes que nada es una biografía. Una buena biografía acerca de este personaje tan controvertido. Muchos no lo conocen y entre los que lo conocen lo tienen como un mero charlatán que creó una nueva secta con seguidores. Gary Lachman no quiere posicionarse de parte de estos últimos porque él va a intentar hacer un relato de su vida que no muestra a un hombre crédulo o estafador. Su interés en Steiner radica en que, si bien muchos han hablado de temas espirituales en aquella época del siglo XX (Blavatsky, por ejemplo), él fue el único que quiso asentar sus ideas en un sistema de pensamiento. En efecto desde pequeño Steiner entró en contacto con una serie de ideas que él no compartía.. Para refutarlas necesitaba estudiarlas y dar una base a su pensamiento. Fue así como se fue orientando al estudio de las ciencias. Él entendía que progresivamente se había ido llegando a un materialismo que había hecho creer que el sujeto era simplemente consecuencia de fenómenos físicos. Algunos habían cuestionado incluso que hubiera algo que pudiéramos llamar "yo". Hume empezó esta corriente cuando decía que lo único que él tenía eran ideas y recuerdos de cosas que le habían sucedido en su vida, pero de ningún modo algo que pudiera llamarse "yo".

"Dicha postura (el psicologismo y el materialismo) argumentaba que nuestros pensamientos (y toda nuestra actividad mental) eran de hecho el resultado de la química del cerebro. Es decir, si yo experimento una cierta emoción al escuchar un cuarteto de cuerda de Beethoven, esto es sencillamente que ciertos componentes químicos de mi cerebro han producido ese resultado, no tiene nada que ver con el hecho de que yo pueda ser capaz de captar un valor superior inherente en esa música. Otro tanto sucede cuando contemplo un triángulo o resuelvo una ecuación matemática (2+2=4 porque nuestro cerebro está configurado para verlo de tal manera, no porque realmente lo sea)"

    Steiner, testigo de las consecuencias que eso llevaba, pretendía decirles que no llevaban razón. Para ello se lanzó a un estudio profundo de la historia del  pensamiento. Mientras sus compañeros estudiaban en clases aburridas, él se dedicaba a leer y a intentar comprender la "Crítica a la razón pura" y mantenía contacto con diversos personajes en los cafés de Viena. Y fue en su juventud cuando descubrió el que sería una de sus grandes influencias: Goethe. Se dedicaría con tanto empeño en profundizar en su pensamiento que al final se convirtió en el editor de los escritos científicos del gran literato alemán. Pero esto ocurrió en sus primeros momentos. Con lo que verdaderamente se le llegó a conocer en toda Europa fue por su faceta conferenciante: su vasta cultura y sus dotes como orador, unido a su carisma, hacían que cuando se disponía a hacer conferencias estas siempre estuvieran llenas. Al mismo tiempo que se ganaba un nombre y una reputación como conferenciante trabó conocimiento con los teósofos. La teosofía era un movimiento espiritualista que veía en todos los profetas la manifestación de lo mismo: la búsqueda espiritual de la misma religión. La filiación con ellos se debe a que por aquel entonces era el único público que recibía con agrado sus ideas sobre el sujeto. Pero sus distancias y su propio pensamiento hizo que poco a poco se fuera separando de esto, hasta el punto de que hubo una separación violenta. Steiner fundó su propia institución. Todos esos sucesos nos lo va relatando Gary Lachman sin descuidar el progreso ideológico de Steiner. Quizá la parte que más interesante de ese cambio de ideas que nos relata fue aquella en la que va examinando la similitud de sus ideas con las de Goethe.

   En conjunto es un libro escrito con ritmo y que no aburrirá a aquellos que les interesen aprender más de aquellas cosas que no son bien recibidas en círculos académicos. La editorial Atalanta ha tenido un auténtico acierto publicando este libro. Se nota que es una editorial comprometida con un público no tan amplio como el de las otras editoriales. Seguiré de cerca su catálogo a partir de ahora.




viernes, 14 de diciembre de 2012

La paradoja del primitivo


    Félix de Azúa es un autor que había escuchado en alguna ocasión e incluso una vez empecé a leer su "Diccionario de las artes"... Libro que no terminé a pesar de que en muchas ocasiones te reías con su sentido del humor. Algo me decía que no estaba preparado: me encontraba en muchos lugares del libro donde se notaba que había una broma, pero no era capaz de pillarlas en ocasiones. Así que al final decidí dejarlo en mi estantería y no cogerlo hasta que pasaran años. Su nombre se fue haciendo cada vez más lejano y en rara ocasión me venía a la mente. Eso cambió hace poco, cuando encontré este libro suyo en una estantería cubierta de polvo de una biblioteca. Lo abrí por curiosidad y empecé a leerlo. Rápidamente me di cuenta de que el tono era muy distinto al del otro libro que he mencionado. Era normal porque era su tesis y trataba sobre Diderot. Me hizo falta poco tiempo para darme cuenta de que podía ser un libro del que aprender y... ciertamente no me equivoqué. El autor ayuda a eso ya que en la misma introducción viene decirnos: "os voy a decir de qué hablo y si no os interesa lo que hay aquí no paséis ni una página más". Leyendo esa parte ya supe que había que leerlo porque su interpretación de Diderot era muy interesante: el gran enciclopedista siempre se manejaba entre dos terrenos contradictorios sobre los que tendía puentes para crear una contradicción que nos revelaba a un Diderot moderno y al mismo tiempo clásico. Esa actitud la manejaba incluso en su propia vida: crítico de la nobleza y sus privilegios pero patrocinado por Catalina de Rusia.

   ¿Por qué tiene como título "La paradoja del primitivo"? La paradoja nos remite a esa contradicción de Diderot... pero y ¿lo del primitivo? ¿a qué nos remite? Uno cuando lee la palabra salvaje piensa instintivamente en Rousseau o en aquellos cuadros de Gauguin que retrataban primitivos tranquilos y alejados de los países industrializados... Pero no a Diderot (por lo menos a aquellos que no estamos familiarizados con su pensamiento). El libro nos va desgranando diversos aspectos del pensador ilustrado hasta llegar a uno que responde a la pregunta anterior: lo primitivo nos indica un nuevo tipo de artista y nuevo tipo de arte. Decir "nuevo" quizá no sea adecuado: siempre ha habido artistas "primitivo". Lo que Diderot hace, según Azúa, es explicar aquello que el artista nos ofrece. Saber si la obra que nos presenta es buena o mala es algo que podemos conocer observando qué criterios ha manejado el artista para mostrarnos o "traducirnos" (como dice Azúa) la naturaleza. La labor del pintor es esta y no otra: acercarnos a la naturaleza. Lo que quiere decir con esto y cómo debe hacerse es algo que se nos explica muy bien en el libro. Diderot era un materialista, es decir, no creía que hubiese un Dios que todo lo ha dispuesto. Tampoco creía que hubiera algo distinto de él que ejerciera esa función. La figura del Creador pierde por completo el sentido. Lo que verdaderamente es el fundamento de todo lo que ocurre en la realidad no es sino la materia. Ella misma puede pasar de la materia inerte a la materia viva sin necesidad de "algo" que opere ese cambio. Lo que le va a preocupar a Diderot es cómo llevar eso al campo de lo artístico, es decir, cómo se produce eso que llamamos "genio artístico" y cómo puede hacer obras excelsas.

    Partimos de la materia (como buen materialista) al decir que la fisiología determina el carácter y las obras. Esto se produce en un continuo contacto con el mundo. El conjunto de percepciones que tenemos del mundo nos van dando una idea de la "naturaleza". Cuando la materia se dispone de tal modo en un individuo que hace que este se convierta en un genio artístico (fisiológicamente) y las experiencias que ha tenido las va ordenando, entonces es cuando este puede hacer obras excelsas, "naturales", "primitivas". La característica de este artista es que no sigue normas o reglas (como tanto se había defendido en Francia), él las crea. No acata una autoridad que no sea él mismo ni acepta las convenciones en que le vienen dadas las "normas" del arte.
"Las costumbres nos tienen cautivos ¿surge un hombre con una chispa de genio?¿Produce alguna obra? Al principio impresiona y divide a los ingenios; poco a poco los hace coincidir coincidir; los modelos se multiplican, se acumulan las observaciones, se establecen las reglas."

   El genio es el que rompe el transcurso tranquilo de las costumbres y de las normas del arte, imponiendo el suyo propio hasta que otro genio con mano tiránico derrumbe el de aquel. Así es como se asegura una constante renovación en la que cada cual con su impresiones de la naturaleza renueva el ciclo creativo del arte. Este artista es el primitivo: el indisciplinado, el que no acata lo impuesto.  
"Cuanto más civilizado y educado es un pueblo, menos poéticas son sus costumbres; se debilita al suavizarse. ¿Cuándo preparará la naturaleza modelos para el arte? Cuando los hijos se arrancan los cabellos junto al lecho de un padre moribundo; o los dioses, sedientos de sangre humana, solo se aplacan con sus derramamientos; o las vacantes, blandiendo el tirso, se pierden en los bosques e inspiran pavor al profano.

No digo que estas costumbres sean buenas, sino que son poéticas.

¿Qué necesita el poeta? ¿Una naturaleza en bruto o cultivada, apacible o tumultuosa? ¿Ha de preferir la belleza de un día nítido al horror de una noche lóbrega?

La poesía requiere algo grandioso, bárbaro y salvaje.

Cuando el furor de la guerra civil o del fanatismo arma a los hombres con puñales y la sangre corre a raudales sobre la tierra, entonces el laurel de Apolo se conmueve y reverdece.”


  Hay abismos en todo lo que he dicho y rellenarlos necesitará que el interesado lea el libro de Azúa, que desde aquí recomiendo. Lo que expone no es solo atractivo sino que además lo intercala con citas de Diderot (como las que he puesto), embelleciendo el libro. Desde luego sirve para ver con mayor amplitud el pensamiento de Diderot y las deudas intelectuales que tenía con otros pensadores, mostrándonos a un Diderot abierto y polifacético, además de al gran crítico de arte de la emperatriz Catalina. Es una pena que este libro esté agotado. Las editoriales deberían rescatarlo para ofrecerlo al público interesado.
    






viernes, 7 de diciembre de 2012

Welcome to NHK

  Me pongo de nuevo frente al teclado para hablaros de una serie que he visto hace poco... Aunque la verdad es que parece que no es necesario escribir sobre una serie de la cual se ha hablado mucho. En muchos blogs circulan reseñas de esta serie en la que cada cual ha ido poniendo sus opiniones y, la verdad, es que me he encontrado muy pocas que fueran negativas. Esto siempre es un buen índice al que atender aunque no siempre. Se pueden escuchar maravillas sobre cosas como Los caballeros del Zodíaco y otros. Pero ese tipo de series son para una edad muy concreta y un público masivo. Hay otro tipo de series más selectivas que se dirigen a un público con unos gustos más definidos. Sí, en Welcome to NHK han tenido claro que no se iba a hablar de grandes batallas y peligros que se ciernen sobre el planeta; no iban a aparecer grandes máquinas que luchan contra monstruos; ni virus ni zombis... No, esta serie tiene unas pretensiones más modestas y no pretende imaginar desastres o cataclismos que amenazan con destruirlo todo. Prefiere contarnos la vida de personas, de individuos de nuestras sociedades. Aquí en concreto se intenta retratar un fenómeno social que está ocurriendo en Japón. ¿Cuál es ese fenómeno? El de aquellos que llaman hikikomori.

   Nuestras sociedades modernas tan multiculturales y agitadas no dan respiro a las personas que las integran. Y cuando los individuos pretende ingresar en esa compleja sociedad a veces se encuentran con el fracaso y con la sensación de que no "encajan" en tal sociedad. El fracaso puede ser tan estrepitoso que hay algunos que deciden no volver a repetirlo. ¿Pero cómo no hacerlo? ¿No es necesario a veces errar para mejorar? Sin embargo unos se obstinan en no volver a fracasar y para ello se encierran en sus casas. Una solución extrema, ¿no creen? Pues bien este tipo de gente entra en sus dormitorios y casas y no salen en largas temporadas. Durante años pueden estar en sus dormitorios esquivando cualquier roce con la sociedad. Mantener conversaciones con la gente o afrontar situaciones cotidianas les resulta imposible. Tanto es así que al final acaban dependiendo completamente de sus familias. Sin salir, sin relaciones, evitando cualquier situación... ¿Qué hacen para no morir de aburrimiento? Normalmente utilizan mucho las nuevas tecnologías y son gamers consumados. El que lea esto puede pensar: "¿Por qué se está poniendo tan pesado con esto?" Pues incido en esto porque como dije esta serie se iba a centrar en personas de nuestra sociedad y da la casualidad que el personaje que escogieron para el papel principal es un hikikomori. Es curiosos, ¿no? Este no es un héroe, no es un personaje corriente, no es alguien con habilidades especiales ni nada de eso. Es lo que consideran un paria en Japón. Desde aquí mismo ya tiene un punto de originalidad: han elegido a un personaje, Tatsuiro Satou, que por su situación es innovador.

   En la vida de este hikikomori se van a dar una serie de encuentros afortunados que le harán reflexionar acerca de su vida y su postura frente a ella. El primero de esos encuentros será con una chica llamada Misa. Esta se fijará en él después de acompañar a su tía al piso de Satou. Cuando su tía presiona ligeramente a Satou, este le dice que es un hikikomori y que le deje en paz, después de lo cual cierra la puerta ruidosamente. La chica, sin embargo, no se olvidará de este momento y tomará la resolución de ayudar a Satou. Las motivaciones que le llevan a querer ayudarlo son más complicadas de las que en un primer momento puedan parecer y están relacionadas con un pasado violento y doloroso. Pero no será este el único encuentro de Satou: dentro de poco se reencontrará con dos personas de su pasado: Yamazaki y una antigua compañera del colegio. Sin embargo será Misa y Yamazaki quienes más importancia tendrán para Satou y los que van a intentar "reinsertarlo" en la sociedad japonesa. No obstante no va a ser una tarea fácil. El camino a la recuperación está lleno de recaídas y fracasos.  El humor servirá para escenificar esto. Las situaciones que se van a ir dando entre estos personajes en muchas ocasiones son muy divertidas, aunque esas situaciones graciosas casi siempre tienen un humor "agriado". ¿Qué quiero decir con agriado? Pues que siempre hay algo de incomodidad en esas ocasiones:  la serie nos muestra situaciones escalofriantes "arropadas" de humor. Por ejemplo cuando Satou sufre algún fracaso cree que este se debe a una conspiración mundial (NHK) tramada para crear hikikomoris. En estos momentos empieza a hilvanar historias imaginativas de cómo ha podido ocurrir el fracaso. Creo que son tan imaginativas que ni los escritores del s. XIX que fumaban opio se las hubieran podido imaginar.

   En esas recaídas siempre tendrá el apoyo de Yamazaki: un personaje entusiasta y alegre que nunca se rinde. Yamazaki iba a la misma escuela que Satou aunque entonces parece que no tuvieron una relación estrecha. Ahora, por el contrario, tendrán una gran amistad, compartiendo victorias y derrotas por igual. Yamazaki que es un gran admirador de los juegos, que pretende crear una compañía de videojuegos,y le propone a Satou hacer uno juntos. Durante este hilo argumental se producirá el desenvolvimiento de los personajes que nos situará en un viaje de 24 capítulos durante el cual vamos a observar el crecimiento de los personajes.Sí. Esta serie es esencialmente una serie de crecimiento de sus personajes en la que nos vamos a enterar de su pasado y de cómo este les persigue hasta el punto de arruinar sus objetivos. Para todos ellos el pasado es una presencia constante: para Yamazaki su situación familiar, para Satou su fracaso universitario y para Misa... tendré que dejarlo en puntos suspensivos para no arruinar nada. Lo que sí me gustaría dejar claro es que los personajes tienen personalidad propia y que no se han creado mediante un "molde".

   ¿Esta bien contada la historia?¿Es adictiva?¿Tiene capítulos chicle? No puedo inclinarme fácilmente a un sí o un no absoluto. Evidentemente la calidad media de los capítulos es bastante buena (en caso contrario no estaría escribiendo), pero hay ocasiones en las los que algunos capítulos (muy pocos) no están bien empleados o sirven para no centrarse en lo que de verdad importa. De estos solo hay unos 6 y aun siendo lo más flojo de la serie están entretenidos. Lo peor sin duda es el final precipitado de la serie que nos deja sin saber muy bien cómo continuarán las cosas. A pesar de sus pequeños defectos me merece una buena opinión porque no solo es innovadora, sino que además nos cuenta muy bien una historia escalofriante.

Mi nota: 8


   

martes, 27 de noviembre de 2012

Mushishi



   He escuchado maravillas acerca del anime del que voy a hablar. Por su precisión en los dibujos, sus historias y su personaje principal esta serie se ha hecho un hueco en el panorama del anime (y del manga) y es conocido por muchos aficionados como un a serie original y de buena calidad para personas hartas de clichés. Peleas, relaciones amorosas complicadas, vida estudiantil... son los temas habituales en la mayoría de los animes. Todo aficionada a la animación acaba cansándose de estos temas habituales y acaba deseando algo que aporte originalidad, un soplo de novedad, de algo que ya no haya visto o que no se mencionada en otra serie. Esas personas están de suerte con esta serie: no trata ningún tema convencional y su personaje no es "calcado" a otros. ¿A qué se debe esta originalidad? Pues, principalmente, a qué ya de partida no entra dentro de género alguno. Tampoco intenta desarrollar un historia lineal y concluyente. De hecho cada capítulo es autoconclusivo. Pero ¿de qué trata?

   La palabra Mushishi viene de unas criaturas que se llaman mushi. Los mushi son pequeñas criaturas con poderes naturales y apenas percibidas por la mayoría de los humanos. La mayoría de estos mushi al interactuar con humanos generan problemas. Alguien debe encargarse de solucionar esos problemas y aquí es donde aparecen los mushishi: personas que se dedican a viajar de un lado hacia otro velando porque en cada lugar haya una relación armoniosa entre los mushi y los humanos. Su objetivo no es eliminar mushi... con poner en equilibrio a humanos y mushi es suficiente (aunque a veces es necesario eliminarlos). La cuestión es que al ser parte de la naturaleza ninguna de ellas debe prevalecer sobre la otra. Lo normal es que no interactúen porque, como se dice en la serie, los mushi están mucho más ligados a la naturaleza que los humanos. Si la naturaleza fuera un cuerpo humano, los humanos estarían en la punta de los dedos, mientras que los mushi en el centro (el ejemplo es de la serie).


  Aquí es donde aparece el personaje principal, Ginco, un mushishi. A él le acompañaremos en sus viaje por todos los lugares y viendo a todo tipo de gente que se ve afectada por estos extraños seres. El punto más flojo de la serie creo que está aquí: acabamos sabiendo de Ginco lo mismo que al principio. No hay ningún esfuerzo en presentarnos al personaje. Solo conocemos al viajero que soluciona problemas... no a la persona ni sus motivaciones. Esto quizá se deba a la estructura de la serie. Normalmente se nos presenta el personaje y una situación y se va desarrollando hasta el punto final. Aquí no ocurre eso. Como todos los capítulos son autoconclusivos, todos ellos repiten la misma estructura: Ginco llega a una tierra donde un mushi genera problemas y soluciona el problema (de forma afortunada o desafortunada). Esto, bajo mi punto de vista, hace que la serie, que podría ser excelente, sea simplemente muy buena. Si la imaginación que se ha desplegado con los mushi y las historia se hubiera empleado también en hacer que los capítulos estuvieran relacionados, el resultado de serie sería formidable. 

    Aun así hay algunas historias que son memorables. Voy a contar algo de alguna de ellas. Una mujer de extraño pelo verde vive junto a un pantano. Cuando Ginco se encuentra con ella le resulta muy interesante ¿Por qué vive en un pantano? La razón es que todos los pantanos tienen vida propia y, cuando llega su hora, se acercan hacia el mar. La mujer acompaña a este pantano hasta el lugar donde morirá. Lo hace porque estando en el pantano se siente completa o "unida" a la naturaleza. Otra historia que me encantó fue la de un niño que, al pintar sobre el papel, dota de vida a lo pintado. Esta  historia, al igual que el resto, son de una gran belleza y nos presentan un mundo fantástico en el que el mundo está "animado", tiene vida , casi parece una especie de panteísmo. En este mundo vivir armoniosamente con la naturaleza es una necesidad, porque tanto los mushi como los humanos pertenecen a ella. Y el fruto de esa armonía puede ser feliz. Esa quizá sea la razón por la que en una de las historias, cuando a una mujer le quitan el mushi esta vuelve a contraerlo porque ella se sentía incompleta sin él. Las historias son bellas y únicas pero el dibujo no se queda atrás. Mejor que hablar de él pongo unas cuanta imágenes:






    Resumiendo diré tan solo que para mi esta serie es para verla muy lentamente. De hecho yo todavía no la terminé. En parte porque, como dije, no nos presenta una historia en la que el personaje sea desarrollado. Esto hace que pierda aliciente y sea predecible: ya sabes que en el capítulo siguiente Ginco hará lo mismo que en los últimos 10 caps. Sin embargo el resultado es notable.

Mi nota: 7

sábado, 24 de noviembre de 2012

El zen y los pájaros del deseo


   La primero vez que oí el nombre de Thomas Merton fue gracias a un compañero que estaba leyendo uno de sus libros. El libro era La montaña de los siete círculos y él me empezó a contar quién era Merton. Era un monje trapense que durante su vida se había dedicado al estudio de la cultura oriental. Su idea era entablar un diálogo productivo entre cristianos y orientales para llegar a puntos de encuentro y de acuerdo. Él mismo fue partícipe en ese diálogo entre culturas que pretendía promover, y durante muchos años se dedicó al estudio de oriente. Fruto de ese estudio escribió multitud de libros en los que intentaba acercar al lector occidental el mundo espiritual del oriental de a pie. Por casualidad me encontré con este libro suyo y, recordando lo que me comentó aquel amigo, pensé que debía ser interesante. Así que comencé a leerlo y me di cuenta de que no era un libro enteramente escrito por Merton. De hecho él no escribe demasiado porque es una recopilación de fragmentos de obras que él consideraba útil presentar al gran público. Algunos de los artículos sirven de presentación del zen; otros para hablarnos de algún estudioso o de algún maestro zen.

   ¿Qué es el zen? Esa es la pregunta que creo que cualquier lector ocasional (como yo) puede hacerse. A algunos les sonará la palabra por esos ambientadores que venden en los mercados (que más que para "ambientar"sirven para asfixiar); otros tendrán un concepto confuso en la mente, sin distinguir claramente lo que significa: ¿es una religión, una orden monástica, una escuela de pensamiento?¿Qué es? Yo no puedo responder a esa difícil pregunta así que, para intentar no decir algo equivocado me apoyaré en algunos fragmentos del libro. De hecho parece que incluso en alguna parte del libro se encuentran con dificultades para decir qué es el zen e intenta llegar a una definición sin hacer cincunloquios. Esto se debe a que el zen:

   "No se trata de ninguna de una explicación orgánica de la vida, no es un camino ascético de perfección, no es misticismo, tal como es entendido en occidente, y de hecho no se amolda a ninguna categoría conveniente, entre las que nosotros poseemos. Es por esto que todos nuestros intentos de etiquetarlo o despacharlo con rótulos como "panteísmo", "quietismo", "iluminismo", "pelagianismo"..."
   Parece que es un problema de traducción más que de fondo... Pero no es así. Una de las mayores dificultades es que el zen da una vuelta de tuerca a nuestra mentalidad occidental. Cuando se produce un hecho (cualquiera) enseguida intentamos buscar las causas, las razones de por qué ha ocurrido. Esto nos lleva entrar en el campo de la explicación, de la teoría y, al centrarnos tanto en esas razones que han hecho posible el hecho, nos alejamos del hecho. Si se hace esto nos alejamos de lo que ha ocurrido y no lo llegamos a comprender completamente. Por decirlo de una forma distinta: nos centramos en cuestiones lógicas y lingüística que se alejan de lo que ocurre. El zen parece que pretende alejarse de esa forma de pensar (y de cualquier otra) para intentar aprehender la verdad. Esta es la razón de sea tan difícil definir en nuestras lenguas. No obstante una vez admitida la incapacidad de que una palabra pueda definirla completamente se puede intentar de alguna forma. Uno de los fragmentos escritos de Suzuki se atreve a intentar decirnos qué es el zen:

"El zen aspira siempre a la aprehensión del hecho central de la vida, que no puede tumbarse sobre la mesa de disección de nuestro intelecto. Para asir este hecho central de la vida, el zen se ve obligado a presentar una serie de negaciones. La mera negación, no es el espíritu del zen. Cuando se aprehende en toda su pureza el espíritu del zen, salta a la vista que ese acto (en este caso un manotazo) es una cosa muy real. Pues no hay en él negación, ni afirmación, sino un hecho simple, una pura experiencia, la mismísima fundación de nuestro ser y nuestro pensar. Toda la quietud y vacuidad que podríamos desear en el seno de la más activa de las meditaciones se encuentra dentro suyo. No os dejéis llevar por nada exterior o convencional. La forma de coger el zen es con las manos desnudas: sin guantes."
   Suzuki también nos señala con la misma intención que el "zen nada enseña; tan solo nos permite despertar y estar enterados. No inculca: señala". Si no equivoco cuando dice sin guantes creo que se refiere a eso que antes había dicho que era un costumbre occidental: la constante preocupación por un lenguaje conceptualizado que de cuenta de las causas que provocan algo, pero no de lo acontecido. Por eso dice que "no inculca: señala". Dejaré este punto. No creo que pueda explicar este punto central mejor que el libro. Será mejor recomendar el libro a aquel que esté interesado en el tema ya que el libro nos presenta una explicación más clara y algunos temas más (como el de la posible relación entre el misticismo cristiano, especialmente el de el maestro Erckardt, con el zen). Exceptuando algunas partes del libro en general resulta fácil de seguir sus ideas. Su estilo claro y conciso ayuda a esto y lo hace ameno.  Aunque no es de Merton  la mayoría de lo escrito, me ha resultado estimulante su selección de textos... No será la última ocasión en que Merton aparezca en este blog.

domingo, 11 de noviembre de 2012

La corona de hierba

Por fin puedo decir que he terminado este magnífico libro. Me ha llevado casi un mes leerlo. En parte por el tamaño del libro y en parte por mi incapacidad de centrarme en un solo libro . Tengo que reconocerlo: me puede el vicio de llevar varios libros empezados. En cualquier caso me ha resultado muy grata esta lectura. Hay libros de los que decimos que son cortos y nos gustan; hay otros que a pesar de su extensión "se nos hacen cortos". La corona de hierva me ha parecido de estos últimos. Tiene una extensión considerable con sus más de 800 páginas esta novela histórica. Cuando alguien haya leído "novela histórica" y sea un lector asiduo de novela histórica se preguntará de forma automática: "¿es fiel a los hechos? No soy el más indicado para responder a esa pregunta. Pero hasta donde yo se (que es poco) esta novela se ciñe a lo que sucedió por aquel período de decadencia de la república romana. De todas formas aunque no fuera completamente fiel a los hechos no me importaría. Sinceramente, me incomoda ligeramente cuando un historiador dice indignado acerca de una película o de un libro de ambientación histórica "no es fiel. Es especulación". Parece que estas obras se estén metiendo en el terreno del historiador y este tenga el deber de erigirse en juez para lanzar una sentencia severa. Algo parecido creo que pasó con Yo, Claudio cuando alguno dijeron que no era más que una actualización de la obra de Suetonio. Para ser breve solo diré que no soy de los que exige una fidelidad completa. Creo que hay que dar alas a la imaginación, pero si además de dárselas, el escritor es capaz de contarnos las cosas tal cual fueron con un buen estilo, mejor todavía.



   En el caso de este libro como he dicho creo que no hay que preocuparse de su exactitud. Se nota que hay un trabajo de investigación detrás del libro. Este libro parece tan exacto como el primero (y como seguramente serán el resto de libros de la saga). En efecto, la saga de McCullough es una serie muy instructiva que sirve para hacernos aprender, a la vez que nos divierte, emociona y entristece. Ya el primer tomo era muy bueno, pero creo que en este se McCullough se ha superado. Los personajes nuevos y viejos nos siguen sirviendo como hilo conductor para ver los cambios que van llegando a la gran urbe de Roma. En el primer libro encontrábamos a un empobrecido Sila que buscaba desesperadamente una solución para intentar llegar acceder al senado y consolidarse como senador. Su encuentro con Cayo Mario, un gran militar de aquella época, le da acceso a un puesto en el ejército. De hecho, durante los próximas años estará junto a él, combate tras combate. Primero contra Yugurta, rey de Numidia; más tarde contra los germanos que pretendieron conquistar Italia y Roma. Hasta ahora solo hemos visto la cara pública de este aristócrata. Sin embargo, esconde un rostro oscuro que se muestra en una sexualidad ambigua y una personalidad imponente y autoritaria. En este segundo libro sigue mostrando ese aspecto de hombre que no duda en escoger los métodos más cuestionables para alcanzar lo que quiere. Sin duda ha llegado su momento: la guerra contra los antiguos aliados italianos le va a reportar el prestigio y los aliados suficientes para obtener el consulado. Es aquí, siendo ya cónsul, cuando los recelos que tenía contra su antiguo amigo, Cayo Mario, se convierten en un auténtico conflicto. ¿Cómo es posible que antiguos amigos y familiares se confronten en una guerra civil? Gran parte de la respuesta se haya en los cambios que experimenta Mario durante la novela.


  Una vez a Mario se le dijo que seria cónsul siete veces. Seis veces lo ha sido, pero la duda le reconcome: ¿cuándo volverá a ser cónsul? El vaticinio todavía no se ha cumplido y no ve la oportunidad de que se cumpla: Roma y el Mediterráneo es un remanso de paz. Gracias a sus victorias hace unos años Numidia vuelve a ser un estado satélite que no da problemas y ya no hay ninguna situación que pueda poner en riesgo a Roma para que esta le designe el control de sus ejércitos. Comienza entonces a cambiar su personalidad y el hombre honesto y bonachón pasa a ser un taimado intrigante que pretende llegar al poder sin importar los medios. Esto unido a los ataques de su enfermedad le provoca cierta senilidad, aunque esta no le impedirá ansiar liderar una guerra. Mediante el Senado no puede conseguir un nuevo consulado. Necesita por tanto una guerra que le atraiga fama e influencia. Cuando se produce la guerra contra los itálicos ve su oportunidad, pero un suceso imprevisto le hará tener que dejar la vida militar durante un tiempo. Más tarde verá otra oportunidad en oriente y a fin de obtener el mando disputará el poder a Sila, produciéndose un escenario escabroso. Con sobornos pretende controlar la asamblea de la plebe para darle un golpe al senado y obtener el imperium (poder, legitimidad) para llevar la guerra contra el ponto.



 Mientras se desarrollan los sucesos de esta guerra civil entre Roma y los italianos un joven rey oriental ansía poner poner en jaque a Roma. Ese rey es Mitrídates del Ponto, joven ambicioso y fuerte que desaprueba la constante intervención de Roma en los asuntos de oriente. Los reinos de oriente se han convertido casi en estados satélite de Roma y esta maneja sus intereses en la región. Su poder es tal que, décadas antes de los hechos que cuenta el libro, cuando el rey del imperio seléucida estaba conquistando Egipto Roma le envía un emisario. Popilio Laenas era el nombre del emisario y cuando este se encontró con el monarca le dijo que debía dejar sus conquistas y volver a su país. Cuando el rey se negó el senador trazó un círculo entorno al monarca y le dijo algo parecido a: "cuando salgáis de este círculo podréis hacer dos cosas: conquistar Egipto y asumir las consecuencias cuando volvamos o volver a vuestro país y reinar tranquilamente en vuestro reino". Cuando el rey salió del círculo se dirigió a donde se encontraba su ejército y puso rumbo a su reino. Tal era el control que Roma ejercía sobre oriente y el Mediterráneo... Y Mitrídates no está dispuesto a que nadie le diga cuáles deben ser las fronteras de su reino. Inicia entonces una expansión territorial que le llevará a un conflicto con Roma.  Es un personaje a un mismo tiempo impresionante e impresionable (durante mucho tiempo teme a Roma gracias a unas conversaciones con Mario y Sila), además de pueblerino y feroz. Este fragmento deja entrever estos últimos rasgos:
"Por lo visto el joven rey del Ponto ha estado cortejando a Escauro con una serie de correctísimas cartas en un griego impecable y trufadas de citas de Homero, Hesíodo, Esquilo, Sófocles y Eurípides, y no digamos Menandro y Píndaro. Y Escauro
 ha llegado a la conclusión de que constituye un buen cambio respecto al sátrapa oriental, más predispuesto a leer los clásicos que a introducir una lanza en el orificio trasero de abuela. Cayo Mario, por el contrario, sostiene que ese Mitrídates VI -¡llamado, figúrate, eupator!- hizo que su madre pereciese de hambre, mató a su hermano, que era rey bajo la regencia de la madre, asesinó a varios tíos y a primos y para adornarlo envenenó a su hermana, ¡que a la vez era su esposa! Ya puedes imaginarte que es un individuo de lo más afable, ¡muy en la línea de los clasicos!"
   Hay más personajes (muchos más) y muy interesantes pero a través de estos tres suceden los hechos más importantes. Todos ellos son tratados con el buen hacer de esta escritora que no descuida ni un momento para dejar bien definidos y perfilados a los personajes. El resultado son personajes que llegamos a conocer muy bien. Si esto le añadimos una trama que sigue rigurosamente la historia y que tiene un buen estilo nos encontramos con una brillante obra. Aunque claro está que tiene sus defectos. Particularmente señalaría uno que me ha resultado molesto: su fascinación por Cayo Julio César. En cualquier momento en que aparece se lleva todo el protagonismo y no escatima elogios hacia él. Y, sinceramente, me parece un poco absurdo el tratamiento que hace aquí de él porque es imposible que un joven de 9 o 10 años pueda analizar la situación política con mayor perspicacia y claridad que gigantes como Mario y Sila. Si a eso le añadimos que el personaje de César tiene ciertos rasgos de megalómano resulta ligeramente insoportable... Me va costar encontrar más contras a este libro porque para mi es casi perfecto. Este libro es ideal para, al mismo tiempo, pasar un buen rato leyendo y aprender.

sábado, 27 de octubre de 2012

Estudios y ensayos de García Morente



   Interrumpí mi lectura de McCullough sobre La corona de hierva porque encontré este libro. Nada más verlo sentí la tentación de leerlo. El recuerdo que tenía de las Lecciones preliminares de Morente era muy grato. Pensaba que, con su gran conocimiento de la historia de la filosofía, y su habitual sencillez a la hora de expresarse, podría decir cosas que me sería útiles además de amenas. Me embarqué entonces en su lectura, atraído por algunas partes que componían el libro, como el escrito en el que habla de la relación entre Goethe y Spinoza o aquel otro titulado Lección sobre metafísica.

   Pues bien comencé a leerlo ilusionado, aunque esa ilusión no me duró mucho. La introducción ya me hizo pensarme detenidamente si leerlo o no. Parece casi una hagiografía de Morente en la que él es un santo que acabó aceptando el sacerdocio (cosa que antes no sabía). La cuestión es que conforme avanzaba más veía la orientación católica de Morente. No es que crea que es algo malo. No. Pero cuando yo leía en el índice un par de partes dedicadas a Santo Tomás esperaba una exposición ilustrativa de su pensamiento, no una alabanza al "doctor angélico". Algo de esto pasaba en gran parte del resto de escritos. Casi todos son posteriores a 1939, época por la que creo que ya se estaba inclinando al sacerdocio. El resultado es, por supuesto, la defensa de ciertas ideas cristianas. Creo que el mejor ejemplo sería Ensayos sobre el progreso. En esta parte del libro se plantea qué es aquello que nosotros llamamos progreso. Preguntándose esto acaba diciendo que solo podemos decir que algo progresa cuando hemos establecido dos puntos: el punto desde el que partimos y el punto al que queremos llegar. Cuanto más cerca estemos de este último, con más razón podremos decir que hemos progresado. Claro que, como ha dejado entrever, hay que plantearse cuál va a ser el punto al que queremos llegar. ¿Qué mejor objetivo o punto de llegada que un mundo en el que los valores como la bondad se cumplan? Esto es lo que opina García Morente, y es aquí donde el sentido de progreso se separa del que normalmente usamos. Solemos decir que se ha progresado cuando un país atrasado tecnológicamente se pone al día. Es decir, para la mayoría progreso está ligado con tecnología, con desarrollo de inventos que mejoren nuestra vida. Lo que aquí dice el autor no es malo, es su perspectiva. Lo que quizá haya provocado mi rechazo es que como ejemplo de una etapa en la que "se ha progresado" pone la edad media. Esto me causó una gran sorpresa porque él dice que en aquella época se ponía mucho empeño en alcanzar los valores. Olvida todos los aspectos malos de la edad media, el principal de ellos la iglesia católica, y no solo opina eso sino que, por el contrario, opina que eran buenos. Habla de la tranquilidad de la gente de aquel tiempo y la vida sosegada que llevaban contemplando a Dios... No voy a seguir con estos "Ensayos sobre el progreso"... Haré simplemente un apunte de otro escrito suyo en el que intenta definir qué es la hispanidad y cuál es su esencia. Bien. Pues Morente dice que la esencia de España está unida a la religión católica... No he dicho gran cosa sobre todos los escrito pero creo que he señalado algún aspecto que ya puede indicar a quien lea esto por qué derroteros anda este señor.

    Me resisto a escribir más sobre este libro que me ha defraudado de forma tan manifiesta. No es solo que el autor parezca que vive en el siglo pasado (como en realidad vivió), sino a sus ideas anticuadas vinculadas con la iglesia. De todas formas quiero decir que las ideas que defiende no es lo que más me ha molestado (aunque lo haya parecido). No. Sus ideas las respeto (aunque no las comparto). Lo que más me ha molestado es que me he encontrado con un Manuel García Morente distinto al de las Lecciones preliminares, con distintos objetivos. Mientras en las Lecciones está el filósofo, aquí está, en gran medida, el monje. El cambio es considerable entre estos dos Manuel Garcia Morente y el contraste de ellos es lo que me ha resultado molesto. Me precipito a poner el punto final a mi opinión sobre este libro del cual no quiero escribir más


sábado, 20 de octubre de 2012

Filosofía y ciencia en Hipatia

   Hace tan solo algunos años la figura histórica de Hipatia era muy poco conocida, por no decir que se desconocía por completo (salvo en círculos académicos). Yo jamás había oído nada sobre esta filósofa. Solo después de una apabullante campaña publicitaria llegó al gran público el conocimiento de este personaje. Y toda esa campaña tan solo se puso en marcha por la película de Alejandro Amenabar.  La película en mi opinión fue francamente mediocre. Aunque estaba muy bien ambientada no conseguía llegar a ser entretenida. Y no es porque fuera complicada. Era porque, en mi opinión, no era una buena película. Casi diría que lo mejor que aportó esa película fueron dos cosas: 1) que a muchos nos descubrió un personaje interesante de la historia y 2) que provocó que las editoriales se fijarán en el tema del momento. A partir de esa película surgió una eclosión de novelas que tomaban como personaje a Hipatia. Es evidente que aprovechaban el tirón publicitario para escribir sobre el fenómeno del momento. Este libro pertenece a ese "boom" que aprovecho el momento, como también otros... Algunos ejemplos de ello podrían ser los libros de Clelia Martínez Maza o el de Olalia García. ¿Pero qué había de interesante en un personaje como Hipatia? Por lo que he leído parece que el personaje no siempre ha estado tan desconocido como parece. A Voltaire  y al escritor del "Diccionario histórico crítico" ya les llamó la atención. No fueron pocos los que vieron en ella una martir que había sido agredida por el peor de los fanatismos. Se publicaron en ese siglo libros como "Examen importante de Milord Bolingbroke o la tumba del fanatismo" o "Un viaje de este mundo al otro"  que defendían a la pensadora y criticaban a los cristianos que la mataron. Esta idea causó algún revuelo y los defensores del cristianismo tomaron la pluma. Se publicó un libro de Thomas Lewis titulado "La historia de Hipatia, la maestra más impúdica de Alejandría. En defensa de san Cirilo y del clero de Alejandría contra las acusaciones del señor Toland". Creo que no es necesario comentar nada viendo el título. Vuelvo a hacer la pregunta de antes ¿qué tenía de interesante este personaje? Creo que, aparte de las interpretaciones que se han hecho de ella (feminismo, mártir del fanatismo, etc.), es la época  la que causa tanto interés. Era un período de conflictos entre facciones religiosas entre las que no se podía poner paz y en la que el imperio romano estaba postrado, esperando que se le diera el golpe de gracia. Hagamos un poco de historia...

    La ciudad de Alejandría se fundó en tiempos de Alejandro Magno. El conquistador, en su avance no quería dominar tan solo gracias a las armas y los ejércitos. También quería que la cultura griega se exapandiese por todos los lugares de su imperio. Con tal objetivo fundó varias ciudades distribuídas por todo su impero. A todas ellas las llamó Alejandría, y su número superaba la docena. Pero de entre todas ellas la que más esplendor alcanzó fue la situada en Egipto. Tras la muerte del emperador macedonio, sus generales se enzarzaron en brutales combates por hacerse con el dominio de todo el territorio. El resultado fue que cada uno de ellos se quedó con partes del que fue uno de los mayores imperios de la antigüedad. A Ptolomeo le tocó Egipto. En su reino el nuevo rey decidió establecer Alejandría como su capital. Durante toda su vida intentó engrandecer la ciudad y con esa intención fundó la biblioteca de Alejandría. Había habido bibliotecas en la antigüedad, pero ninguna de ellas llegó a poder compararse con la de Alejandría. En su mejor momento la biblioteca contaba con unos 700.000 escritos... Pero los azares de la historia quisieron que la biblioteca sufriera un incendio cuando Julio César llegó a la ciudad para capturar a Pompeyo. Después se volvió a fundar, pero jamás alcanzó el antiguo esplendor. A pesar de aquel incendio, la nueva biblioteca y la ciudad de Alejandría seguirían siendo un gran centro cultural y la nueva biblioteca tenía de 70.000 escritos. La biblioteca que frecuentaría Hipatia sería esta última. El ambiente de la ciudad siempre fue complicado. Dividida entre cristianos, judíos y paganos Alejandría era un lugar poco calmado y se vivirían muchos momentos de tensión, hasta que los cristianos terminaran por imponerse. En este último período vivió Hipatia. De todo esto nos hablará un poco el libro para darnos una "bocanada" de aire alejandrino.





   El libro se titula "Filosofía y ciencia en Hipatia" pero, siendo sincero, no habla ni de lo uno ni de lo otro. El libro tiene dos partes: una dedicada a Hipatia y otra a Sinesio. La de Hipatia como he dicho no habla casi nada de la "filosofía y la ciencia" de la pensadora. Para empezar filosofía y ciencia no se diferenciaban en la edad antigua. Eran lo mismo y no se concebían como algo separado. Pero más allá de este apunte nos encontramos con que de las 84 páginas que dedica, la mayoría de ellas las dedica a presentar la situación de Alejandría y a hablar de la película de Amenábar. Hace alguna mención a la filiación neoplatónica de Hipatia... Pero poco más, la verdad. Tenemos un buen retrato de la ciudad de Alejandría, de sus tensiones y conflictos, de la vida de Hipatia y de sus relaciones con Orestes, Sinesio, Cirilo... Pero cuando llega la parte que uno espera leer, que es la que trata acerca de sus investigaciones, uno se topa con que menciona los diálogos de la película de Amenábar, junto con alguna fuente y relacionando eso con las influencias neoplatónicas. Lo interesante de este libro es la segunda parte, que está dedicada a Sinesio de Cirene. Sinesio fue un filósofo aun menos conocido que Hipatia y casi ha llegado a nuestros días como "el alumno de Hipatia". Aquí Pedro Jesús Teruel no solo nos cuenta la interesante vida de Sinesio sino que, además, nos habla de los pensamientos que tuvo acerca del mundo, de los hombres, de la política.



   Sinesio era un hombre que provenía de una región cercana a Egipto llamada Cirenaica. Pertenecía a una rica familia de aquellas tierras que, no dudando de querer ofrecer una buena formación a su hijo, envió a Sinesio hacia Alejandría para completar su formación filosófica. El joven, que llegaba a una de las ciudades más bulliciosas de la antigüedad no tardó en caer rendido a los encantos de sus gentes y de sus edificios. Asistió con gran placer a las clases de Hipatia, con la que le uniría una relación de fuerte amistad. De hecho mantuvieron una correspondencia durante casi toda su vida en la que fueron plasmando sus experiencias y emociones, transmitiéndose unas epístolas en las que exponían sus pensamientos acerca de todo. En aquellas cartas había espacio tanto para la filosofía como para el sentimiento. En la última etapa de la vida de Sinesio fueron su gran consuelo ya que le permitían hablar con sus amigos.


   Mientras se llevaba a cabo esa correspondencia Sinesio ya había vuelto a su hogar y se disponía a llevar una vida cómoda y frugal, dedicada a la filosofía y al saber. Él pensaba, al igual que Aristóteles, que el estudio y el conocimiento solo se pueden dar en una vida ociosa. Por vida ociosa no se entendía lo mismo que ahora. Ahora creemos que una vida ociosa es aquella que en que se vive entretenido, desocupado. Para los antiguos, una vida ociosa es una vida dedicada al estudio de la verdad, ellos dirían "vida contemplativa o teorética". Sin embargo esto no quiere decir que en ese tipo de vida se viviera apartado de todo lo que pasara en el mundo. De hecho Sinesio creía que la filosofía era el saber más útil que se pudiese tener en la vida:

"Dos son las partes de la filosofía: contemplación y acción; y son dos, en efecto, las fuerzas que las presiden, una a cada una de las dos partes: sabiduría y prudencia. Esta precisa de la fortuna, mientras que la sabiduría es autosuficiente y es irrefrenable el poder que hay en ella."
   El "alumno de Hipatia" demostró que no se quedó ajeno a lo que ocurría. En la medida en que pudo fue una figura pública e influyente: cuando hubo incursiones bárbaras en la Cirenaica, él organizo y dirigió, en muchas ocasiones, a los ciudadanos en el combate. También fue un diplomático que visitó al emperador para interceder por los ciudadanos de su tierra. Y, finalmente, ocupó un alto lugar en la jerarquía eclesiástica.

   Entre algunas de las pocas obras que han quedado de él tenemos un libro que trata el problema de los sueños. Partiendo de cierta idea pitagórica, según la cual todas las cosas tienen algún tipo de conexión, Sinesio dice que el estudio de los sueños nos puede aportar muchos verdades que de otro modo nos costaría intuir. Si todo lo que existe está unido, los sueños también están unidos al "todo". Y al estar unido a ese "todo" los sueños son un modo de acceder a aquellas realidades más difíciles de alcanzar... es un tema muy complejo al que el libro le dedica unas cuantas páginas muy interesantes. Prometo encontrar algún libro sobre este tema y tratarlo de forma extensa en otra entrada.

   ¿Qué puedo decir de este libro al final?¿Merece la pena leerlo? Yo creo que sí, siempre y cuando no vayamos precisados de dinero. Es un libro prescindible, lo cual no quiere decir que no sea entretenido. No hay ningún tramo que sea aburrido y la parte que trata sobre Sinesio es muy recomendable y didáctica (mucho más que la dedicada a Hipatia).

viernes, 19 de octubre de 2012

domingo, 14 de octubre de 2012

Serial experiments Lain


   Siempre he opinado que películas como Matrix, que se presentan como algo distinto, no son más que un cocktail lanzado al espectador facilón. Este queda sorprendido con una cantidad impresionante de efectos especiales y peleas y, después, sale del cine pensando que ha visto algo "nuevo". No creo que esa novedad tenga lugar en ese tipo producciones con claros fines comerciales. Y no es solo por esos fines comerciales, sino porque en realidad no tocan nada que no se haya tratado antes. Son un cúmulo de clichés del género agrupados de forma más o menos sencilla a los que se ha añadido acción sin límites para hacerlos atractivos al gran público. Eso que en esas producciones queda como un mero "cliché" en otro tipo de series o películas se trata de forma seria y original. Es el caso de la serie que voy a comentar en esta entrada. En ella se tratan temas del ciberpunk, pero no solo de ese género: el problema de la identidad, de la existencia, de las relaciones entre humanos y máquinas, de la tecnología... el listado podría seguir porque, si algo no se le puede reprochar a los realizadores de esta serie, es que no hayan sido atrevidos a la hora de tocar temas de forma seria. Son tres los temas que mencionaré: 1) la relación entre las máquinas y el hombre, 2) la evolución y 3) el problema de la identidad

   Serial experiments Lain comienza de forma intrigante: con el suicidio de una chica de la que nada sabemos en un principio. Esto causará revuelo en su escuela, sobre todo por los rumores que circulan. Partes de los rumores dicen que estudiantes de la escuela han recibido mensajes en sus correos después de la muerte de ella. Lain, una de las estudiantes de la escuela, que escucha esto mira su correo por curiosidad y descubre que tiene un e-mail de la fallecida. El contenido del mensaje hará que tenga un interés creciente por la red. Adquiere una computadora de última generación y empieza a conectarse casi todo el día, dejando las relaciones de amistad y el contacto con las personas atrás. Durante toda la serie veremos el continuo proceso en el que se va sumergiendo, cada vez más lejos del mundo que nos rodea. Llega a estar tan unida a la red que se convence de que este es el verdadero mundo y que el que nos rodea es tan solo uno subordinado. Aquí tenemos uno de los puntos centrales de la serie (que no es tan solo la dificultad de establecer qué es real en un mundo en el que cada vez tenemos más contacto con imágenes y computadoras, y menos con la realidad): la relación, cada vez mayor, entre las máquinas y los seres humanos y el cambio que esto puede operar en nuestra visión de la realidad. Conforme van pasando los capítulos vemos cómo va desarrollándose ese tema: Lain se refugia cada vez con mayor frecuencia en las redes. El padre de Lain que ve esto y que apoya lo que está haciendo, entabla una conversación  reveladora con ella:

"Padre_ Parece que tú y la red se están se están empezando a ver bien ahora 
Lain_ Sí 
Padre_ Déjame darte un pequeño consejo. A pesar de todo lo que se diga, la red es solo un medio para las comunicaciones y la transferencia de información. No debes de confundirlo con el mundo real. ¿Lo entiendes?
          Lain_ Estás equivocado. El borde entre los dos mundos no es del todo claro. Pronto tendré la        habilidad para entrar. En todo rango. En toda emoción. Me trasladaré dentro de la red."



   En otro momento de la serie se lanza otro comentario de interés:
   "Es razonable el ver a la red como como un plano superior al mundo real. En otras palabras, la realidad física no es nada excepto un holograma de la información que fluye a través de la red."
   ¿Qué es más real: nuestro mundo o el de la red?  Habrá quienes apoyen uno u otro y será en ese momento cuando resulta que hay una lucha entre dos facciones: los que creen que la red es la realidad superior y los que dicen que no, que el mundo que nos rodea es el verdadero. Lain se verá envuelta en medio de estas fuerzas y jugará un importante papel.

   Habrá dos temas más, de los mucho que trata, que mencionaré. Uno de ellos es la idea de que la evolución del hombre se encuentra unida a la tecnología. Darwin decía que la evolución se producía cuando un ser vivo se adapta a un lugar. Sus órganos se perfeccionan y cada vez puede sobrevivir mejor, más adaptado. Pero claro, da la casualidad de que los hombres no nos adaptamos al medio, sino que por el contrario lo adaptamos. ¿Cómo se puede dar la evolución en nosotros entonces? Con la tecnología. No es una respuesta nueva porque en "Ghost in the sell" planteaban algo parecido (si no recuerdo mal la película), pero aquí se plantea de un modo distinto...  Al mismo tiempo que se van planteando los temas, la protagonista tendrá que intentar responder a una pregunta: ¿quién es ella? Es aquí donde se enfrenta al problema de la identidad que irá desarrollándose capítulo tras capítulo. La respuesta a esa pregunta será muy importante ya que ésta será lo que determine el curso final de la serie.

   El camino que tiene que recorrer Lain teniendo todo esto a cuestas no es pequeño y además nadie le ayudará. Solo una persona de las que conoce será amable con ella. Exceptuando a esa persona la vida de Lain es un continuado silencio que sirve para mostrarnos  su soledad constante: en su familia no hay lazos afectivos. Su padre solo se ocupa de proporcionarles lo que necesitan y su madre tiene una relación muy fría con su hija. Incluso la relación de los padres carece de afecto alguno. La familia de Lain es reflejo de muchas familias de nuestro tiempo y no es por casualidad. Hay una crítica implícita en la serie a la falta de unión entre las personas de nuestro tiempo.

   ¡Y todo esto lo dice una serie de 1998! Más que antigua es una serie muy actual, y su dibujo no molesta. A mi me resultó agradable, aunque en algunos momentos puede desconcertar con sus imágenes. Hay momentos complicados y la ausencia de diálogo en ciertas situaciones hace que algunos tramos sean difíciles de entender... Está claro que la serie no está dirigida a un público adolescente o poco selectivo. Pero esto más que un defecto es una de sus grandezas porque ofrece algo que no es lo "normal". Hacía tiempo que no veía una serie que me pareciera interesante de verdad. Hay historias absorbentes y apasionantes. Esta es una de ellas. Quizá no sea para todo el mundo pero lo que está claro es que trata temas muy interesantes.

Mi nota: 9



viernes, 12 de octubre de 2012

101 cuentos clásicos de la China (I)

   Me encontré hace poco tiempo con este libro de la editorial Edaf publicado hace algunos años. Al principio tengo que confesar que no sentía especial interés por él. Pero después de una ojeada a algunas partes y de ver las láminas que acompañan la edición me decidí por leerlo. Afortunadamente no me equivoqué a la hora de escoger libro: después de leídas unas cuantas historias quedé atrapado. Pero no en el sentido de ser voraz y terminar el libro en unas cuantas horas. No. Este libro es de ese tipo que no lees en un día... ni en dos. Es uno de esos que vas degustando tranquilamente, sin prisa, exprimiéndole todo el jugo. Después de un día haciendo cosas complicadas o después de un día de trabajo arduo estas historias proporcionan un entretenimiento inusual y sencillo, que la mismo tiempo pueden invitar a pensar. Muchas de sus historias nos brindan los aromas del lejano oriente mostrándonos la  vida de generales, reyes, sabios, campesinos, aprendices, pintores, poetas... Son muchas las situaciones que nos presentan y en casi todas ellas hay un trasfondo que su sencillez no deja ver en ocasiones: la búsqueda de lo estable y del camino correcto. Sin embargo la manera de expresarlo es peculiar. Mientras que aquí nos encontramos con los abstrusos tratados de Aristóteles o los diálogos de Platón, en el libro se nos va contando con historias. El cambio de perspectiva es importante: en occidente nos empeñamos en utilizar conceptos y generalizar, en oriente la mirada se centra en lo particular y lo casual. Por eso encontramos en Platón las preguntas acerca de la virtud, de la bondad, de la amistad intentando, por decirlo de alguna forma, "embotellar" o "cercar" el significado de cada uno de esos términos para saber qué queda dentro de ellos y qué no. En estos relatos orientales ni tan siquiera se plantea una búsqueda teórica. La búsqueda se lleva a cabo gracias a los sabios. Y he aquí el que creo que es la figura central, más o menos, de casi todos los relatos: el sabio.

   En el continuo cambio que ofrece la naturaleza y la vida humana podemos ver los hechos más sorprendentes: el antiguo poderoso puede verse como un mendigo, y el pobre que no tiene plato alguno que comer puede ser agasajado por la fortuna. Mercaderes, estudiantes, aprendices, reyes, imperios... Todos ellos se ven inmersos en ese continuo fluir del tiempo que los atrapa y no los deja escapar. La fortuna y la desgracia planean al mismo tiempo sobre los hombres y sus reinos. Sin embargo, sobre ese tirano que es el "cambio" debe haber alguna forma en la cual no quedemos tan expuestos. Quizá haya alguna forma en la que aceptando el cambio continuo de las situaciones no quedemos malparados, abandonados a nuestra suerte. Esa forma de actuar que nos permita superar el cambio solo la puede conocer un tipo de hombre: el sabio. Él es el que, con su prudencia y buen hacer, puede llevar al débil la fortaleza, engrandecer un reino o guiar adecuadamente a una persona por el buen camino... Se podría decir que su previsión y la forma en que hace que la balanza se incline de un lado o de otro es lo que le es propio. Y esto es lo que hace que su figura sea importantísima. Su presencia se hace visible en muchos de los relatos, generalmente aquellos en los  que aconsejan a reyes, pero no solo en ellos. También se nos presentan en relatos donde guían a aprendices o simplemente dando consejos de forma puntual.




   El sabio, como vemos en múltiples historias, no es el que busca, sino el buscado ¿Buscado por quién? Es buscado por el aprendiz o por el rey porque, para aprender de su sabiduría, solo hay posible un tipo de relación: la de maestro y discípulo. Esa relación conlleva que el sabio tiene un mayor status porque él es el que enseña, el que sabe, el que puede resolver de la mejor manera las situaciones. Su posición elevada hace que en muchas ocasiones sea recompensado por sus buenos servicios.

    Si tuviera que escoger un relato para ejemplificar esto lo que he dicho elegiría "El relato de la peregrinación a la India de Xuan Zhuang". En este cuento vemos el viaje que inicia un sabio para adquirir una mayor sabiduría. Para poder hacerlo tiene que desobedecer las ordenanzas reales y exiliarse rápidamente para llegar a su destino. Después de haber salido de China, el sabio se encamina hacia la India, donde pretende estudiar de forma profunda las enseñanzas de Buda. Como en su tierra las ideas budistas se han corrompido por la gran distancia que separa a estos reinos gigantes del mundo antiguo, él pretende aprender de forma correcta las enseñanzas y difundirlo por todo su país. Cuando consigue los conocimientos que ansiaba, todos los reyes le ofrecen que se quede en sus cortes y lo agasajan. Él se niega sabiendo que debe volver a China. Cuando el trayecto de su viaje finaliza encuentra que el rey que le había impedido antaño su marcha a la India ha muerto. Uno nuevo ocupa su lugar en el trono y cuando escucha que el sabio ha llegado no duda en cederle un lugar de honor en la corte y en construir en su nombre templos por todo el país.

   Aunque este es el hilo conductor de muchos relatos, gran parte de ellos no tienen nada que ver con esto. La riqueza temática de sus historias no se agotan en aquel tema. Por el contrario, podemos observar asuntos muy distintos en ellos. Si hay una nota persistente en todas las historias es su amenidad y su brevedad... Pero  creo que la mejor forma de incitar a la lectura del libro será dando una pequeña muestra de lo que contiene. Os dejo dos historias que a mi me fascinaron...

101 cuentos clásicos de China (II)

La adquisición de la generosidad

    El señor Meng Chang heredó de su padre el cargo de ministro y varios miles de funcionarios a su servicio. El rico patrimonio que le dejó el difunto noble incluía también un feudo extenso de decenas de miles de hectáreas. Los habitantes en estos lugares cultivaban sus tierras en arriendo y tenían que pagarle atributos anuales.
   Cierto año, cuando llegó el tiempo de recaudar las contribuciones, Meng preguntó a los funcionarios si alguien podía ayudarle en ese difícil trabajo. Se ofreció un voluntario llamado Feng Huan, a quien le encargó dicha tarea.
   Al día siguiente Feng montó en el carruaje que le había preparado el ministro, y antes de partir preguntó a su amo:
- Cuando termine de recaudar el dinero, ¿quiere su excelencia que le compre algo?
  Al ministro no se le ocurrió nada en ese momento, pero le dijo:
- Si ves que hay algo que falte en esta casa, compralo sin más.
- Sí, mi señor- contestó, arrancado  el carruaje el encargado de la recaudación.
   Al llegar a los feudos, Feng recaudó más de cien mil monedas como pago de los tributos. Pero había un buen número de arrendatarios pobres que no podían pagar la deuda. La mala cosecha durante varios consecutivos los había empobrecido, llevándolos casi al borde de la indigencia. Era imprescindible hacer algo para sacar a esa gente de la miseria. Consciente de eso, el encargado de la recaudación convocó a todos los arrendatarios en la plaza del pueblo, pidiéndoles que trajeran los títulos de la deuda.
   Acudieron todos los convocados sin saber qué les iba a pasar, agobiados por su pésima situación económica. Estaban decididos  a morir antes de ser despojados de sus últimos recursos. Cuando empezó a hablar el enviado del propietario, tenían la sensación de que iban a enfrentar una mayor tragedia.
- En nombre de Su Excelencia el ministro Meng, les pido que saquen sus títulos y comprueben conmigo las cantidades que deben a mi señor.
   Los arrendatarios estaban tristes y preocupados por lo que les pudiera pasar. Sin embargo, cuando terminaron de comprobar sus obligaciones y esperaban que les uniera una medida drástica de coacción, se sorprendieron enormemente con lo que oyeron:
- En vista de las dificultades reales que os acosan, el señor ministro ha decidido eximiros del pago de todas vuestras deudas, como manifestación de su gran generosidad y del cariño que siente por todos  vosotros. Ahora, ante la presencia de todos, voy a quemar los títulos de deuda para liberaros del pago de ellas.
   Al principio nadie podía creer sus palabras. Anonadados, no comprendían  lo que significaba tal decisión. Pero al instante, cuando vieron que se levantaba una llama azulada del montón de documentos que les había sometido durante muchos años al martirio económico, reaccionaron con grandes y emotivas exclamaciones entre lágrimas y reverencias.
   Feng volvió contento a la residencia del ministro, quien se sorprendió de la brevedad de su viaje:
-¿Tan pronto has podido terminar la recaudación? Cuéntame, ¿qué tal ha ido?
- Muy bien, Señor. Además, le he adquirido algo que no tenía en casa.
   El ministro se mostró muy interesado y le preguntó:
-¿Dime qué has comprado?
   Huan le explicó:
- Como su noble familia es muy rica en joyas, caballos y bellas mujeres, no se me ocurrió comprarle nada de eso. Sin embargo, pensé que había algo  que indudablemente faltaba en su familia desde tiempos atrás, que es la generosidad. Eso es lo escaseaba en sus ricas posesiones. Por lo tanto, pensé que si pudiera gastar algún dinero para adquirir esa gran virtud, su noble familia se vería enriquecida de forma inimaginable.
   Feng le explicó detalladamente lo ocurrido. Cuando terminó, notó que la cara de su amo se había congestionado por el disgusto, la desesperación y una inexplicable amargura. Abandonó rápidamente la casa, mientras el ministro le decía con una voz seca:
- ¡vete inmediatamente! Menudo favor me has hecho. Quítate de mi vista antes de que me arrepienta.
   Al año siguiente, por una intriga de palacio, el ministro perdió el cargo y fue desterrado. Abandonó la capital lleno de tristeza. Se encaminó hacia su feudo, frustrado y abatido por la desgracia. Se sentía solo y abandonado. Todos los amigos se alejaron de él y su carrera política se apagó irremediablemente.
   Cuando se aproximaba hacia sus tierras, notó que salían gentes a recibirle con los brazos abiertos, haciendo reverencia, en señal de respeto y admiración. Experimentó algo inusual en su triste corazón. Al principio, se quedó totalmente desconcertado. Pero, de repente, recordó lo que hizo el recaudador de deudas el año anterior. Sus ojos se inundaron de lágrimas y dijo:  

- Ahora comprendo lo útil de lo que hizo al comprar la generosidad que faltaba en mi casa.






¿Quién hace el ruido?

   Era un maestro chan. Apenas era visitado por ningún aspirante espiritual, pues se había ganado fama de severo y sus métodos de enseñanza eran muy peculiares. Pero llegó a la ciudad un buscador de otro lugar, muy distante del país y quiso comprobar que realmente se trataba de un maestro peculiar. "No soy fácilmente desconcertable", dijo con cierta presunción a quienes le advirtieron.
   Llegó ante el maestro. Cuando el maestro lo vio, antes de que se intercambiasen palabra alguna, estalló en una estruendosa carcajada. El buscador se sirvió de su autocontrol para no denotar sorpresa. El maestro estaba tomando un sabroso aromático té.
- Siéntate- le ordenó al recién llegado-. Siéntate bien, erguido, y no como una gallina clueca y estúpida.
   Una pausa. El té estaba humeando y esparciendo su exquisito aroma.
- ¿Deseas algo?
   El visitante dudaba. Empezaba a sentirse incómodo. Pidió:
- ¿Puedo tomar un poco de té?
   Súbitamente, el maestro arrojó un chorro de té hirviendo sobre el visitante. El líquido ambarino le quemó como acero candente allí donde caía en su cuerpo.
- ¿Es esta forma de tratar a un visitante?
- Te he dado lo que me has pedido- argumentó el maestro, después cerró los ojos y se abismó en profunda meditación.
   El aspirante cerró también sus ojos y entró en meditación. Reinaba un silencio perfecto, casi sobrecogedor. "¡Qué paz, qué sublimidad!, se decía el aspirante, sintiendo la atmósfera de quietud del recinto. De repente, un violento bofetón le hizo emerger del éxtasis. Tuvo que recurrir al máximo autodominio para no avalanzarse sobre el maestro y devolverle el rudo golpe. Cuando fue a protestar, el maestro le preguntó de sopetón:
- ¿De dónde ha surgido el ruido? ¿De la mano o de tu mejilla?
   El aspirante dudó durante unas décimas de segundo. Otra bofetada no menos brusca golpeó su rostro.
- ¡Contesta imbécil!- gritó el maestro-. ¿De dónde sale el ruido? ¿Quién lo produce: lo mano o la mejilla?
   Se trataba de un genuino buscador, aunque su orgullo había retrasado su singladura espiritual. Rápidamente respondió:
- ¡De la mente!
   Se refería al ruido de rabia, resentimiento, humillación y autoimportancia herida que había brotado en su mente al sentir los golpes y risotadas del maestro.
- Tú avanzas- dijo ahora cariñosamente el maestro, captando el contenido real de la respuesta del aspirante- Quédate conmigo hasta cuando sea tu deseo. Y entiende que no he hecho otra cosa contigo que lo que hizo mi maestro conmigo. También yo era orgulloso, como tú, pero también como tú, un siervo de mi genuina búsqueda espiritual. Gracias por venir. Como el discípulo necesita al maestro, el maestro necesita al discípulo. Bienvenido seas.

domingo, 7 de octubre de 2012

Suzumiya Haruhi


 Hace muy poco que he terminado de ver esta serie y he pensado que, aunque haya muchísimos comentarios en blogs mejores que el que voy a hacer, esta serie se merecía que le dedicara unas líneas aquí. De hecho no hace ni unos minutos desde que he terminado de ver el último capitulo de esta serie que me ha resultado fascinante, desordenada y caótica al mismo tiempo. Fascinante, porque trata temas que me han parecido muy interesantes y que hacen que una historia, en principio sin nada destacable, acabe tratando asuntos muy serios; desordenada, porque en mi ignorancia vi primero la película y, además, cuando empecé a ver la serie me di cuenta que esta estaba desordenada; y caótica debido a que el ritmo y y los temas no están tratados de forma regular. ¿Qué es lo quiero decir con lo de que no están tratados de forma regular? Pues quiero decir que hay capítulos muy buenos y otros que son chicle y que solo sirven para hacer un relleno vacío. Alguien podría decirme que al haber visto de esta forma la serie sería más prudente hablar de ella después de verla más tranquilamente. No sería mala idea esta... Pero entonces no sería la opinión espontánea que quiero plasmar en estas líneas. 

    La historia de Suzumiya Haruhi viene a contarnos la vida de una joven estudiante a la que no le gusta la vida cotidiana que lleva. La rutina y la falta de encanto de este mundo no le ofrecen nada que le emocione. El mundo es para ella un lugar donde no ocurre nada extraño y es por eso que ella es una entusiasta de todo aquello  que sea anormal. Su pasión son los fenómenos paranormales, las historias misteriosas, los viajes en el tiempo... Resumiendo, todo aquello que evidencia que el mundo que nos rodea no es sencillo y que está dominado por una serie de fuerzas que no conocemos. Hasta ahora esto no presenta nada extraño. En muchas series nos encontramos con estos personajes, con su frustración y con su vida estudiantil. Pero como suele pasar normalmente llega un punto en que la normalidad que al principio había acaba reservándonos sorpresas. Cuando empecé a ver los primeros capítulos tenía cierta descofianza y no me terminaba de llenar, pero solo me hizo falta unos episodios para quedar enganchado. Una vez que la historia cotidiana pasa a un segundo plano nos encontramos con que Suzumiya no es una chica normal. Tiene un poder que le permite hacer todo lo que quiera. Este poder no es uno de esos poderes que vemos en las películas de superhéroes. No. Lo que ella puede hacer es bien distinto y mucho más peligroso (y más interesante): tiene la capacidad de hacer y deshacer lo que ella quiera. En otras palabras: es casi un "dios" que crea y destruye. Sin embargo no es consciente de esa habilidad que posee y solo hace esas cosas de forma subconsciente, a través de sus deseos y de sus sueños. Al suceder esto resulta que ella, que siempre había deseado que existieran extraterrestres, cyborgs y viajeros en el tiempo, se ve rodeada por ellos en su vida cotidiana sin saber nada. Sin embargo esos cyborgs y viajeros en el tiempo saben cuál es el poder de Suzumiya. Preocupados por eso deciden estar cerca de ella para acompañarla y procurar hacerle la vida más divertida porque, si ella dejara de desear vivir en el mundo, el mundo podría dejar de existir y ella podría crear uno nuevo, completamente distinto, que le sea más divertido.







   No quiero dar la impresión de que la serie es seria y complicada. Nada de eso. Las dos temporadas ofrecen multitud de ocasiones muy divertidas en las que Suzumiya hace todas aquellas extravagancias que le apetecen. Kyon es el personaje que nos va ir contando todas esas extravagancias y es el contrapunto ideal de Suzumiya. Digo que es el contrapunto perfecto porque esta pareja nos ofrece un montón de situaciones divertidas gracias a sus caracteres distintos: Suzumiya es impulsiva, creativa y no ve impedimentos en nada, mientras que Kyon siempre es escéptico con lo que dice ella. Mientras que ella está constantemente haciendo planes sobre lo que van a hacer ella y sus amigos (sin contar con la opinión de ellos xd), Kyon pone objeciones e intenta escaparse. No voy a hablar demasiado de los personajes porque entonces les destrozaría bastantes sorpresas (más de las que ya he podido destrozar). Aunque no voy a resistirme a hablar un poco de mi personaje favorito de la serie: Yuki Nagato.





   Este personaje es el que menos protagonismo tiene en la serie. Pero por eso mismo es el más misterioso y atractivo para mi. Aunque todos los que rodean a Suzumiya son personajes interesantes y conocen la situación muy bien, ella es la que mejor sabe qué es lo que está pasando y qué es lo que podría pasar. Sin embargo su silencio hace que durante la serie no sepamos qué es lo que pasa por su mente. Esta actitud silenciosa  que no desvela nada nos va a dar una sorpresa en la serie y en la película ¿Por qué? Pues porque ella es la que experimenta el mayor cambio durante los capítulos: pasa de ser alguien ("o algo"... el que haya visto la serie sabe por qué digo esto) sin sentimientos a ser introvertida y a tener deseos. Su timidez y su pasión por la lectura me resulta encantadora.

    Resumiendo diré (para no extenderme más) que Suzumiya Haruhi es una serie con una temática apasionante, con un buen dibujo y muchas situaciones graciosas que nos harán la serie muy entretenida. Si tuviese que ponerle un "pero" sería que no han sido constantes en la calidad de los capítulos, y mientras unos son muy buenos y te dejan con buen sabor de boca, otros son auténtico relleno que aburre. Es el ejemplo de la serie de capítulos titulada "Agosto infinito". La idea es buenísima pero la manera en que la tratan se acaba convirtiendo en puro chicle. A pesar de esto yo recomendaría la serie a cualquier persona.

Mi nota: 6