lunes, 10 de marzo de 2014

Pequeña introducción a Leibniz (I): La física antes de Leibniz



   La visión que se tuviera de la naturaleza antes de Leibniz poco tenía que ver con la de nuestro filósofo alemán. Tanto es así que para entender lo que proponía necesariamente tenemos que retrotraernos a algunas teorías acerca de la naturaleza anteriores a la propuesta por Leibniz. Entre estas sería importante señalar las de Bernardino Telesio, filósofo renacentista que tuvo una visión innovadora.

   Telesio, para empezar, pondría en cuestión cualquier modo de entender la naturaleza del modo en que se había hecho hasta ese momento. Toda visión tradicional de la naturaleza pasa por partir o tener en cuenta la metafísica. Para Telesio la metafísica es algo que hay que evitar puesto que, en tanto que conocimiento de los primeros principios, pretende alcanzar un conocimiento similar al de Dios. Su postura es mucho más modesta: los hombres deben intentar conocer aquello que les es posible conocer. La metafísica, por tanto, si no es una pérdida de tiempo es un ejercicio de vanidad intelectual. Si la dejamos de lado, descubrimos que el campo que sí podemos conocer apropiadamente es el de la física. El título de su principal obra, "De rerum natura iuxta prpia principia" ("La naturaleza según sus propios principios")  ya nos dice mucho del modo en que plantea sus investigaciones físicas. Ese "según sus propios principios" ya nos habla de que la naturaleza, de algún modo, encierra en sí sus propias razones para su desenvolvimiento. Esta idea no era nueva, pero después de algunos siglos de aristotelismo era revolucionaria. Tanto Platón como Aristóteles  explicaban los cambios de la naturaleza apelando a principios trascendentes. Que en un caso fueran las formas y en el otro el motor inmóvil es solo un cambio anecdótico. Lo importante es que ataban lo natural a lo trascendente. Esta una idea que Telesio no podía sino rechazar. Ese es el motivo de que Telesio dijese: "Sin embargo, no hay duda de que Dios, que ha creado todo lo que existe de la nada, no lo ha constituido de tal manera que los entes tengan necesidad continua de su voluntad para llevar a cabo sus propias acciones; todos los entes naturales el mismo Dios los dota de la facultad de cumplir las propias operaciones y de actuar conforme a su propia naturaleza, aunque continúen dependiendo de él".

   De este modo todos los fenómenos naturales y la naturaleza humana pueden explicarse sin hacer referencia a ningún principio trascendente. La principal razón de ello es que los fenómenos naturales son procesos materiales. Todo lo que cambia en la naturaleza se debe a la lucha constante entre el frío y el calor para ocupar materia. Son principios similares a los de los presocráticos. Son incorpóreos pero están en toda la materia. Como el frío y el calor solo se da en los objetos y los objetos no los podemos conocer sino a través de la observación, Telesio propone, por lo tanto, que el estudio de la física no debe hacerse desde la abstracción y racionalización, sino a través de la experiencia. Si dejamos de lado la experiencia solo llegaremos a verbalismos y proyecciones subjetivas que poco o nada tienen que ver con la naturaleza. Además el término "materia" no tiene nada que ver con la "potencia" aristotélica. Simplemente está relacionada o es equivalente a "masa corpórea". Hay en estas ideas un fuerte componente naturalista. La máxima de su sistema podría ser la de los presocráticos: "ex nihilo nihil fit". A propósito  de esto dice: "Ni el sol ni ningún otro agente crea nada a partir del no ser, sino todo a partir de otro ente, y las cosas que se corrompen no se transforma en el no ser, sino todas en otro ente; así que no se puede considerar que la generación y la corrupción de un ente cualquiera sea una generación o corrupción del ente completo, sino tan solo un cambio. Es decir, el ente que se genera no se genera y no nace todo él sin un ser anterior, sino que, existiendo anteriormente, asume una nueva forma, y el ente que se corrompe no muere absolutamente, sino que tan solo se forma y su naturaleza, mientras su masa y su cuerpo permanecen".

    Lo que nos interesa de Telesio es una cosa muy importante: a diferencia de los aristotélicos y de las corrientes herméticas entiende la naturaleza como un conjunto que se basta a sí mismo para desarrollarse.  Sustituye el esquema trascendente en el que todo lo terreno se ve incapaz de ser un agente. El único agente que opera es trascendente indistintamente de que se llame forma (idea), motor inmóvil o Dios. Esto tiene una consecuencia importante: la eliminación de la causa final. La eliminación de la causa final será decisiva para un modo de entender la naturaleza que cobraba fuerza: el mecanicismo. ¿Cómo se concebía el mundo en el mecanicismo? Pues como su propio nombre nos indica el mundo se entiende como un mecanismo. En dicho mecanismo hay una gran cantidad de engranajes o elemento que se influyen unos a otros. Dentro de él no hay nada que escape a la relación causal. Nos encontramos entonces que los engranajes tienen dos características: (1) son materiales y (2) a través de su relación física se produce el esquema causa-efecto que nos sirve para entender todos los fenómenos de carácter físico. Descartes fue uno de los grandes defensores de entender la naturaleza de este modo. En consecuencia, la causa final no está en su visión de la naturaleza y concibe que la extensión y el movimiento son suficientes para entender los fenómenos físicos.  Por eso enuncia dos principios:

                                -Principio de conservación: el movimiento se mantiene
                                -Principio de inercia: se mantiene la dirección a menos que otro cuerpo altere                            físicamente (contacto físico) la trayectoria.

   El movimiento se mantiene porque no se acrecienta ni disminuye. Esto se debe a que el movimiento no se debe a los propios cuerpos: el movimiento es algo que Dios ha introducido en el mecanismo. A esto no faltaron críticas, como la de Pascal en sus "Pensamientos":

   "No puedo perdonárselo a Descartes. En toda su filosofía se muestra dispuesto a prescindir de Dios, menos cuando le hace dar un capirotazo para poner el mundo en movimiento; después de lo cual ya no vuelve a necesitarle".

    Pero la crítica más importante a este modo de entender la naturaleza la ejercería Leibniz: 1º porque en esta naturaleza las cosas son inertes, poco menos que mecanismos, mientras que en su sistema pervivirá un fuerte organicismo; 2º porque en el mecanismo de Descartes, si se lleva al extremo, nos encontramos con que los entes no ejercen sus propias determinaciones, necesitan del impulso de Dios para hacerlo; 3º la extensión no puede ser la substancia de lo físico porque con ella no nos basta para comprender la naturaleza; 4º es necesario reintroducir las causas finales y las formas substanciales para dar cuenta de la naturaleza. Leibniz como podemos ver es muy crítico con el mecanicismo, lo cual no quiere decir que el no sea mecanicista. Lo que él ofrecerá es una reformulación del mecanicismo que sea más acorde con sus pensamientos.



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