'La única cosa que nos consuela de nuestras miserias es la diversión, y sin embargo es la más grande de nuestras miserias, porque es lo que principalmente nos impide pensar en nosotros y nos hace perdernos insensiblemente. Sin la diversión caeríamos en el aburrimiento, y este aburrimiento nos lanzaría a buscar un medio más fuerte para salir de él. Pero la diversión nos recrea, y nos permite llegar insensiblemente a la muerte'. Pensamientos, 171.
Blaise Pascal |
Los Pensamientos, en el cuadro del análisis de la naturaleza humana, se plantea el siguiente problema: ¿Por qué los hombres buscan el placer, la diversión y el recreo? ¿Por qué se afanan tanto en procurarse distracciones? ¿Les impulsa la necesidad del apagamiento o algún otro motivo que quieren ocultarse a sí mismos? Todas las desventuras de los hombres (los peligros y las penas a que se exponen en la corte y en la guerra, donde nacen tantas contiendas, pasiones, empresas arriesgadas y frecuentemente malas, etc.) proceden de una sola causa: 'de no saber permanecer reposadamente en una habitación'. Nadie compraría a tan caro precio 'un cargo en el ejército, si no encontrara insoportable no salir fuera de la ciudad'. 'Se buscan las conversaciones y el recreo de los juegos solamente porque no se puede estar agradablemente en casa'. Esta es la causa de todos nuestros males; pero la razón es más profunda: 'hay una muy verdadera, que consiste en la natural infelicidad de nuestra condición débil, mortal y tan miserable, que no puede consolarse con nada, cuando se la considera más de cerca'. La realeza es el puesto más hermoso del mundo y, sin embargo, si un rey se queda sin diversiones, se ve asaltado por las preocupaciones del incierto porvenir y por el temor a la muerte y a las enfermedades: hele aquí, pues, más desgraciado que el más miserable entre sus súbditos, que goce y se divierta. He aquí por qué los hombres aman tanto el rumor y el alboroto y por qué 'el placer de la soledad es una cosa incomprensible'. Los filósofos que creen que la gente es poco razonable cuando pasan todo el día corriendo tras una liebre, no conocen la naturaleza del hombre. 'La liebre no nos libraría del pensamiento de la muerte y de las miserias, pero la caza, que nos distrae, nos libra de ello'. Los hombres buscan la caza y no la presa, (...) Así, son conducidos al reposo a través de la agitación. (...) 'Para el hombre nada es tan insoportable como estar en pleno reposo, sin pasiones, sin ocupaciones. Entonces siente su propia nada, su propio abandono, su propia insuficiencia, su depender, su propia impotencia, su propio vacío. De pronto saldrá del fondo de su alma el aburrimiento, los negros pensamientos, la tristeza, el afán, el despecho, la desesperación'. No basta el placer lánguido; es necesaria la pasión. (...) La diversión, en sus varias formas, desde la caza a las pasiones violentas y perturbadoras, como se ve, encuentran su raíz en la condición miserable de la naturaleza humana. Como el enfermo cree aliviarse dando vueltas y más vueltas en el lecho, así el hombre cree ocultarse a sí mismo su propia infelicidad y propia miseria corriendo de distracción en distracción.
(...) ¿Qué ayuda puede proporcionar al hombre la razón del filósofo? Ninguna. 'Los filósofos tienen bellas palabras: volved a entrar en vosotros, que hallaréis vuestro bien'. La sabiduría popular tiene un sentido más exacto de las condiciones reales del hombre. En efecto, ha comprendido que la diversión y la caza valen más que la poesía, porque lo que los hombres buscan no es la posesión de una cosa, sino el olvido de sí mismos, el cual no se encuentra en la posesión, sino en la pasión violenta e impetuosa, en la diversión que ocupa y distrae. La razón por sí sola es impotente para curar la condición del hombre, en cuanto que no se trata de males de carácter psicológico, sino de males radicados en la misma profundidad de la naturaleza humana".
Sciacca, F. M., Pascal, Luis Miracles editor, Barcelona 1955, pp. 205-208.
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