a la funcionaria de la aduana en minifalda que me ha
elegido con sus ojos de sibila y de paloma entre una
interminable fila de viajeros de paso, le he dicho toda
la verdad, recluido en esta especia de biombo-confesiona-
rio de madera prensada: le he dicho que tengo un
un hijo que estudia ruso y alemán, que Bonjour les amis,
curso de lengua francesa en 4 volúmenes, era para mi
mujer:
estaba dispuesto a declarar más cosas: sabía que
fue Rosa Luxenburg la primera en lanzar la palabra
de "orden o progreso"
el provecho de un impresionante madrigal:
pero suda-
ba hurgándome en los bolsillos, buscando inútilmente
la cuenta del Operncafé: y luego, tú, has irrumpi-
do arrastrando también detrás de ti a los niños, ma-
ravillosos y maravillados:
(con los mismos gestos de dureza te arrojábamos de allí
yo y aquella democrática "Beatriz"
pero
lo irreparable ya estaba consumado allí, en la frontera
de los dos Berlines,
para mí: cuarentón seducido por un policía.
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