sábado, 20 de octubre de 2012

Filosofía y ciencia en Hipatia

   Hace tan solo algunos años la figura histórica de Hipatia era muy poco conocida, por no decir que se desconocía por completo (salvo en círculos académicos). Yo jamás había oído nada sobre esta filósofa. Solo después de una apabullante campaña publicitaria llegó al gran público el conocimiento de este personaje. Y toda esa campaña tan solo se puso en marcha por la película de Alejandro Amenabar.  La película en mi opinión fue francamente mediocre. Aunque estaba muy bien ambientada no conseguía llegar a ser entretenida. Y no es porque fuera complicada. Era porque, en mi opinión, no era una buena película. Casi diría que lo mejor que aportó esa película fueron dos cosas: 1) que a muchos nos descubrió un personaje interesante de la historia y 2) que provocó que las editoriales se fijarán en el tema del momento. A partir de esa película surgió una eclosión de novelas que tomaban como personaje a Hipatia. Es evidente que aprovechaban el tirón publicitario para escribir sobre el fenómeno del momento. Este libro pertenece a ese "boom" que aprovecho el momento, como también otros... Algunos ejemplos de ello podrían ser los libros de Clelia Martínez Maza o el de Olalia García. ¿Pero qué había de interesante en un personaje como Hipatia? Por lo que he leído parece que el personaje no siempre ha estado tan desconocido como parece. A Voltaire  y al escritor del "Diccionario histórico crítico" ya les llamó la atención. No fueron pocos los que vieron en ella una martir que había sido agredida por el peor de los fanatismos. Se publicaron en ese siglo libros como "Examen importante de Milord Bolingbroke o la tumba del fanatismo" o "Un viaje de este mundo al otro"  que defendían a la pensadora y criticaban a los cristianos que la mataron. Esta idea causó algún revuelo y los defensores del cristianismo tomaron la pluma. Se publicó un libro de Thomas Lewis titulado "La historia de Hipatia, la maestra más impúdica de Alejandría. En defensa de san Cirilo y del clero de Alejandría contra las acusaciones del señor Toland". Creo que no es necesario comentar nada viendo el título. Vuelvo a hacer la pregunta de antes ¿qué tenía de interesante este personaje? Creo que, aparte de las interpretaciones que se han hecho de ella (feminismo, mártir del fanatismo, etc.), es la época  la que causa tanto interés. Era un período de conflictos entre facciones religiosas entre las que no se podía poner paz y en la que el imperio romano estaba postrado, esperando que se le diera el golpe de gracia. Hagamos un poco de historia...

    La ciudad de Alejandría se fundó en tiempos de Alejandro Magno. El conquistador, en su avance no quería dominar tan solo gracias a las armas y los ejércitos. También quería que la cultura griega se exapandiese por todos los lugares de su imperio. Con tal objetivo fundó varias ciudades distribuídas por todo su impero. A todas ellas las llamó Alejandría, y su número superaba la docena. Pero de entre todas ellas la que más esplendor alcanzó fue la situada en Egipto. Tras la muerte del emperador macedonio, sus generales se enzarzaron en brutales combates por hacerse con el dominio de todo el territorio. El resultado fue que cada uno de ellos se quedó con partes del que fue uno de los mayores imperios de la antigüedad. A Ptolomeo le tocó Egipto. En su reino el nuevo rey decidió establecer Alejandría como su capital. Durante toda su vida intentó engrandecer la ciudad y con esa intención fundó la biblioteca de Alejandría. Había habido bibliotecas en la antigüedad, pero ninguna de ellas llegó a poder compararse con la de Alejandría. En su mejor momento la biblioteca contaba con unos 700.000 escritos... Pero los azares de la historia quisieron que la biblioteca sufriera un incendio cuando Julio César llegó a la ciudad para capturar a Pompeyo. Después se volvió a fundar, pero jamás alcanzó el antiguo esplendor. A pesar de aquel incendio, la nueva biblioteca y la ciudad de Alejandría seguirían siendo un gran centro cultural y la nueva biblioteca tenía de 70.000 escritos. La biblioteca que frecuentaría Hipatia sería esta última. El ambiente de la ciudad siempre fue complicado. Dividida entre cristianos, judíos y paganos Alejandría era un lugar poco calmado y se vivirían muchos momentos de tensión, hasta que los cristianos terminaran por imponerse. En este último período vivió Hipatia. De todo esto nos hablará un poco el libro para darnos una "bocanada" de aire alejandrino.





   El libro se titula "Filosofía y ciencia en Hipatia" pero, siendo sincero, no habla ni de lo uno ni de lo otro. El libro tiene dos partes: una dedicada a Hipatia y otra a Sinesio. La de Hipatia como he dicho no habla casi nada de la "filosofía y la ciencia" de la pensadora. Para empezar filosofía y ciencia no se diferenciaban en la edad antigua. Eran lo mismo y no se concebían como algo separado. Pero más allá de este apunte nos encontramos con que de las 84 páginas que dedica, la mayoría de ellas las dedica a presentar la situación de Alejandría y a hablar de la película de Amenábar. Hace alguna mención a la filiación neoplatónica de Hipatia... Pero poco más, la verdad. Tenemos un buen retrato de la ciudad de Alejandría, de sus tensiones y conflictos, de la vida de Hipatia y de sus relaciones con Orestes, Sinesio, Cirilo... Pero cuando llega la parte que uno espera leer, que es la que trata acerca de sus investigaciones, uno se topa con que menciona los diálogos de la película de Amenábar, junto con alguna fuente y relacionando eso con las influencias neoplatónicas. Lo interesante de este libro es la segunda parte, que está dedicada a Sinesio de Cirene. Sinesio fue un filósofo aun menos conocido que Hipatia y casi ha llegado a nuestros días como "el alumno de Hipatia". Aquí Pedro Jesús Teruel no solo nos cuenta la interesante vida de Sinesio sino que, además, nos habla de los pensamientos que tuvo acerca del mundo, de los hombres, de la política.



   Sinesio era un hombre que provenía de una región cercana a Egipto llamada Cirenaica. Pertenecía a una rica familia de aquellas tierras que, no dudando de querer ofrecer una buena formación a su hijo, envió a Sinesio hacia Alejandría para completar su formación filosófica. El joven, que llegaba a una de las ciudades más bulliciosas de la antigüedad no tardó en caer rendido a los encantos de sus gentes y de sus edificios. Asistió con gran placer a las clases de Hipatia, con la que le uniría una relación de fuerte amistad. De hecho mantuvieron una correspondencia durante casi toda su vida en la que fueron plasmando sus experiencias y emociones, transmitiéndose unas epístolas en las que exponían sus pensamientos acerca de todo. En aquellas cartas había espacio tanto para la filosofía como para el sentimiento. En la última etapa de la vida de Sinesio fueron su gran consuelo ya que le permitían hablar con sus amigos.


   Mientras se llevaba a cabo esa correspondencia Sinesio ya había vuelto a su hogar y se disponía a llevar una vida cómoda y frugal, dedicada a la filosofía y al saber. Él pensaba, al igual que Aristóteles, que el estudio y el conocimiento solo se pueden dar en una vida ociosa. Por vida ociosa no se entendía lo mismo que ahora. Ahora creemos que una vida ociosa es aquella que en que se vive entretenido, desocupado. Para los antiguos, una vida ociosa es una vida dedicada al estudio de la verdad, ellos dirían "vida contemplativa o teorética". Sin embargo esto no quiere decir que en ese tipo de vida se viviera apartado de todo lo que pasara en el mundo. De hecho Sinesio creía que la filosofía era el saber más útil que se pudiese tener en la vida:

"Dos son las partes de la filosofía: contemplación y acción; y son dos, en efecto, las fuerzas que las presiden, una a cada una de las dos partes: sabiduría y prudencia. Esta precisa de la fortuna, mientras que la sabiduría es autosuficiente y es irrefrenable el poder que hay en ella."
   El "alumno de Hipatia" demostró que no se quedó ajeno a lo que ocurría. En la medida en que pudo fue una figura pública e influyente: cuando hubo incursiones bárbaras en la Cirenaica, él organizo y dirigió, en muchas ocasiones, a los ciudadanos en el combate. También fue un diplomático que visitó al emperador para interceder por los ciudadanos de su tierra. Y, finalmente, ocupó un alto lugar en la jerarquía eclesiástica.

   Entre algunas de las pocas obras que han quedado de él tenemos un libro que trata el problema de los sueños. Partiendo de cierta idea pitagórica, según la cual todas las cosas tienen algún tipo de conexión, Sinesio dice que el estudio de los sueños nos puede aportar muchos verdades que de otro modo nos costaría intuir. Si todo lo que existe está unido, los sueños también están unidos al "todo". Y al estar unido a ese "todo" los sueños son un modo de acceder a aquellas realidades más difíciles de alcanzar... es un tema muy complejo al que el libro le dedica unas cuantas páginas muy interesantes. Prometo encontrar algún libro sobre este tema y tratarlo de forma extensa en otra entrada.

   ¿Qué puedo decir de este libro al final?¿Merece la pena leerlo? Yo creo que sí, siempre y cuando no vayamos precisados de dinero. Es un libro prescindible, lo cual no quiere decir que no sea entretenido. No hay ningún tramo que sea aburrido y la parte que trata sobre Sinesio es muy recomendable y didáctica (mucho más que la dedicada a Hipatia).

2 comentarios:

  1. Hola, Carlos. Me ha gustado mucho leer tu reseña sobre mi "Filosofía y ciencia en Hipatia". Denota una lectura inquisitiva, la de un buscador: como los "hetairoi" del círculo de la pensadora alejandrina. También para mí investigar sobre Hipatia y sobre Sinesio supuso abrir una ventana hacia un horizonte fascinante. Me hizo aprender y me edificó. Enhorabuena por el interés por el mundo que demuestras publicando un cuaderno de bitácora como éste.

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    1. Hola, Pedro Jesús. Es un honor que escribas en este blog tan pequeño :). Te agradezco de forma sincera tus amables palabras aunque no creo que pueda arrogarme la dignidad de "hetairoi". Soy un simple estudiante que procura leer un poco de esto y de aquello sin ningún fin particular. Te felicito desde aquí por este libro tan ameno que publicaste con la esperanza de que sigas investigando (y publicando) sobre estos temas. Son muy interesantes y, parece, muy desatendidos. Te aseguro desde aquí que este no será el último libro tuyo que leeré. Por de pronto ya le tengo echado el ojo al de Bergman.

      Un saludo afectuoso desde Un poco de literatura :)

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