domingo, 7 de julio de 2013

Historia de Roma de S. I. Kovaliov

"Roma fue saqueada despiadadamente. (...) La toma de Roma no tenía, en aquellos tiempos, ningún significado estratégico, pero la impresión moral y política de este acontecimiento fue enorme. Desde el 390 a. C., la "ciudad eterna" había permanecido inviolable durante 800 años, su poder había dejado una huella profunda sobre todo el mundo civilizado: el Mediterráneo; parecía imposible que existieran fuerzas capaces de dominar a la dueña del universo. Y he aquí que la alianza de esos mismos esclavos y bárbaros que durante muchos siglos habían sido el objeto de la explotación romana, había hecho precipitar al soberbio coloso" (págs 835-836)


   Con estas palabras el historiador ruso S. I. Kovaliov nos describe el asalto a la ciudad de Roma llevado a cabo por Alarico. Estamos ante un libro interesante que nos sirve para darnos cuenta de algo que muchas veces obviamos: que las ciencias sociales o "blandas" son susceptibles de adoptar discursos muy distintos. Este libro es un ejemplo perfecto. Su autor vivió en la época en que el comunismo era el sistema político de Rusia. Convencido en las ideas del marxismo pensaba que la historia se podía explicar gracias a la lucha de clases. Gracias a sus convicciones dedicó mucho tiempo a escribir una obra que abarcaría toda la historia de Roma, desde los primeros monarcas, pasando por la república y el imperio desde una perspectiva peculiar. El libro fue su "Historia de Roma" que acabo de terminar de leer, libro denso y largo que nos va mostrando cómo los distintos períodos de la sociedad romana se deben a la unión o al conflicto provocados por los intereses de clases. De este modo nos enseña que el paso de la monarquía a la república se debió poco a la historia mítica de las malas acciones de Tarquinio el soberbio, y más con la tensión que se vivía entre el senado y el monarca por ver quién ocuparía la jefatura del estado.

   El relato que va hilvanando es muy crítico con muchas fuentes pues como dice en algunas ocasiones, algunas de estas tenían un fin literario y en ellas se tomaban licencias: los personajes viles caían en desgracias y los honestos se veían recompensados, Roma nunca realizó una guerra injusta, algunas victorias o derrotas fueron cambiadas para dar un relato más digno... El camino que le queda a Kovaliov es un conocimiento profundo de todas ellas para contrastarlas y utilizar su principal herramienta: el sentido común. Cuando se nos presenta alguna historia como la de Rómulo y Remo, los Curiacios y Horacios o la de Cincinato hay que desconfiar de esas historias y aprovechar aquello que parezca más creíble. Así, esquivando los rasgos de leyenda que presentan algunas fuentes va explicando el desarrollo de la poderosa ciudad, sus primeras tentativas expansivas, sus leyes, sus instituciones y por supuesto lo que para él es más importante: los conflictos de intereses entre senadores, caballeros y plebeyos que, en última instancia, son las desavenencias entre poseedores de tierras y pobres. Las leyes de las XII tablas fueron, según Kovaliov, una tentativa de ofrecer una seguridad legal a los poseedores de tierras. Este período es muy importante porque aquí se forma el sistema sobre el que se expandirá el comercio y la economía en el mundo romano: el sistema esclavista. Este sistema se basaba en la explotación intensiva de la mano de obra esclava y, en consecuencia, la dignidad de estos hombres esclavos era inexistentes. Varrón decía de ellos:
"Diré ahora con qué instrumentos se trabaja la tierra. Algunos los dividen en dos categorías: las personas y los instrumentos, sin los cuales no podrían trabajar. Otros los dividen en tres categorías: instrumentos parlantes, instrumentos semiparlantes e instrumentos mudos. Los primeros son los esclavos, los segundos los bueyes y los últimos los instrumentos inanimados."
   Esto en cierto modo explicaba el hecho de que en la edad antigua no se desarrollará demasiado la técnica: ¿si podían hacer todo el trabajo los esclavos para qué crear máquinas caras que acelerasen la producción de objetos? No obstante este tipo de economía solo podía mantenerse con una grandísima cantidad de esclavos en el mercado que hiciese que el precio de estos fuera muy reducido. La república consiguió esto con su política expansiva. Cada vez que conquistaba un territorio esclavizaba a miles de personas y conseguía un gran botín gracias al saqueo. Pero esto cambió durante el imperio cuando una serie de emperadores, como Adriano, pusieron límites a la expansión del imperio. Las consecuencias fueron una progresiva caída de la economía, que desarrollará una situación muy parecida al vasallaje de los más desfavorecidos a los grandes terratenientes, anticipando así el feudalismo. Es normal que esta situación provocara un cambio en la visión que se tenía de los esclavos. Ulpiano, famoso jurista de la época imperial diría: "desde el punto de vista del derecho civil los esclavos no cuentan para nada. Sin embargo no es lo mismo para el derecho natural, según el cual todos los hombres son iguales."

   Me he centrado en los aspectos que llevaron a la ruina al imperio más que en los sucesos políticos, entre otras cosas porque aquí no hay cabida ni siquiera para esbozar un poco el contenido del libro. Entre los asuntos políticos más destacables que narra, me he encontrado con el de Constantino y las razones que da Kovaliov para que aceptara el cristianismo como una religión al nivel del resto, e incluso, superior. Y la razón no tiene nada que ver con que fuera un santurrón o un creyente fervoroso... la razón por la cual eleva al cristianismo Constantino es otra y sus raíces se encuentran mucho antes. Por ser breve diré tan solo que durante la época de Augusto y el resto de sus sucesores más o menos se guardaron las apariencias de la república y respetaron al senado. De hecho sus miembros eran en muchas ocasiones quienes engrasaban la máquina burocrática del imperio. Llegado cierto período de inestabilidad, los monarcas llegaron a apoyarse solo en el ejército y en el poder de sus armas, dejando de lado al senado. Antes, cuando se respetaba al senado se podía decir que el poder del monarca emanaba del pueblo y el senado de Roma pero, ¿y ahora? Viendo esto Constantino y dándose cuenta de que el cristianismo podía ser una herramienta para enfrentar las luchas intestinas, elevó el cristianismo y lo introdujo dentro del aparato estatal. A partir de ahora los monarcas ya no tendrían que tener la legitimidad del senado o el pueblo porque la legitimidad la tenían ahora por "voluntad de Dios". Como dije esto no es ni siquiera un esbozo y casi lo he trivializado pero en el libro se explica de una forma extensa y clara.



   El libro de Kovaliov es, como dije, muy denso. Tiene tramos que son muy aburridos y otros que se leen bastante bien. No es desde luego un libro que se lea en unos cuantos días. Tiene más de 800 páginas e incluye unas anotaciones con letra tan minúscula que desanima verlas y dan ganas de cerrar el libro. No obstante, es un libro que tiene como principal virtud concentrar toda la historia de Roma en un solo volumen y de una forma ejemplar, con rigurosidad y conocimiento, explicando las diversas etapas de esta gran ciudad. Es sin duda una obra ciclópea, fruto de un intenso trabajo. Sobran razones para leerla.





domingo, 30 de junio de 2013

El iluminismo rosacruz


    Dentro del campo de las ideas encontramos una abigarrada cantidad de datos que no siempre encajan unos con otros por las grandes dificultades que se le presentan al historiador: textos corrompidos o incluso desaparecidos, falta de datos... Las razones pueden ser muchas para que al final una obra de historia acabe por dar una explicación que no sea concluyente acerca de cierto periodo o hechos históricos. El renacimiento, como otros periodos, tiene esas dificultades y, al igual que en el estudio de otras épocas se ha corrido el riesgo de formalizar cierto relato del periodo excluyendo a cualquier otro tipo de narración histórica y creando una versión ortodoxa. De esta forma el relato que ha acompañado al renacimiento durante algún tiempo es el de ser un periodo sin mucha importancia: es la transición del medievo al racionalismo moderno de Descartes. De hecho, hay ocasiones en que se salta directamente de la edad media a Descartes sin tener en cuenta la rica historia del pensamiento que hubo en el renacimiento.

   Frances A. Yates es una autora que ha hecho lo posible por romper este molde o cliché y, aunque ya nadie pone en duda la importancia de su obra, el renacimiento sigue teniendo una presencia marginal en los planes de estudio. Personalmente en mi facultad no hay una sola asignatura dedicada a este periodo... Entre sus obras se encuentran Giordano Bruno y la tradición hermética, La filosofía oculta en la época isabelina, El arte de la memoria y algunas otras obras. La mayoría, si no se dedican al estudio del renacimiento lo hacen al impacto posterior (s. XVII). "El iluminismo rosacruz se dedica precisamente a examinar el impacto posterior de ciertas ideas del hermetismo y el neoplatonismo, tan influyentes en el renacimiento. La hipótesis que lanza al lector es la siguiente: los manifiestos rosacruces y los rosacruces mismos tuvieron una importancia y una influencia directa a la hora de crear instituciones del conocimiento como la Royal Society de Londres. 

   Para apoyar su tesis examina un movimiento que va desde Inglaterra hasta Europa central y el este: las influencias hermético cabalistas de pensadores del renacimiento. En primer lugar pone el foco de atención en la recepción de las ideas de Bruno, Pico de la Mirandola y otros en Inglaterra y su influencia directa en dos pensadores: John Dee y Robert Fludd. John Dee, pensador polifacético, filósofo, matemático y cabalista escribió su "Monas Hieroglyphica" con la que se ganó el respeto y el apoyo de la reina Isabel de Inglaterra. Sin embargo esto no le llevo a establecerse en Inglaterra. John Dee renunció a las comodidades del mecenazgo para viajar por Europa en busca de conocimientos. De este modo se propuso viajar hasta centro Europa y se paró algún tiempo en Hungría y otras partes. Durante todo su viaje provocó una gran impresión entre los sabios, sobre todo en Praga donde hubo muchos pensadores y alquimista que prestaron atención a sus enseñanzas. Michael Maier fue uno de esos alquimistas que fue influenciado por él. Maier era uno de los principales representantes del movimiento rosacruz que creía que una unión de los sabios llevaría a una nueva época de progreso. En su obra La fuga de Atalanta hacía incapié en la observación de la naturaleza para el progreso del conocimiento científico.

"Que la Naturaleza te guíe, y tu síguela en tu arte, 
porque errarás si no es la compañera de tu camino. 
Que la razón te sirva de cayado, y la Experiencia te asegure 
las luces para que con ella puedas ver las cosas lejanas. 
Sea la lectura la lámpara que despeje las tinieblas 
para que te guardes, prudente, del amontonamiento de cosas y palabras."

    A tenor de esto la autora nos va mostrando las relaciones del pensamiento en centro Europa e Inglaterra que, en última instancia, representaban la tentativa de una unión ideológica y política de Inglaterra y el Palatinado para reformar el panorama político (lucha contra los Austrias y sus constantes avances contra los protestantes) y el religioso (el Papado y su religión decadente). La relación entre estos movimientos ideológicos se muestran de forma muy convincente en una reinterpretación que hace la autora de Francis Bacon  de La nueva Atlántida -que no explicaré aquí porque sería muy largo-.... Aunque sí hablaré de algo curioso:
en los manifiestos rosacruces aparece en algunos momentos un ángel alado con una trompeta que simboliza la llamada a una nueva época gracias al conocimiento. Algún tiempo después de todo el movimiento que se produce en Alemania y el este de Europa del este, la Royal society se instaura gracias al rey Carlos II de Inglaterra  y en este grabado, que Yates analiza, encuentra la figura del ángel alado de los manifiestos rosacruces, coronando un busto del rey ingles. Bajo su ala se encuentra el mismo Francis Bacon. El otro hombre que aparece es William Brouncker, el primer presidente de la Royal society.

    Por esta y otras muchas razones Yates defiende la idea de que las ideas del hermetismo renacentista transformadas en un proyecto de reforma política y religiosa en los manifiestos rosacruces tuvo una relación directa con la creación de las reales sociedades comprometidas con la búsqueda de la verdad gracias a la unión de los sabios. El libro en sí mismo es interesantísimo, igual que la idea que lanza. Desde luego, rompe ideas preconcebidas acerca del mundo premoderno. Quizá lo único decepcionante es que no estudie de forma más extensa algunos textos pero esto tiene una razón. La razón de que no los analice más es porque quiere destapar las relaciones personales y científicas de los personajes para mostrar el recorrido de las ideas y su influencia. Solo me queda por decir que es un libro que interesará a todos aquellos que les guste la historia de las ideas, sobre todo el de este periodo ignorada o desatendido por muchos. En resumen, una auténtica delicia de libro





domingo, 23 de junio de 2013

Mimi wo sumaseba (Susurro del corazón)


    He tenido muy olvidado el blog en las últimas semanas debido a exámenes así que ha llegado el momento de solucionar eso; y he pensado que la mejor forma de hacerlo sería volviendo a algo que no pueda por menos que sacarnos una sonrisa cada vez que escuchamos algo sobre ello. ¿Qué mejor entonces que una película de Estudio Ghibli? Porque, ¿a alguien no le puede gustar alguna de sus películas? Entre sus películas puede haber algunas más intensas, más fantásticas o incluso más serias que otras pero todas tienen su encanto y es verdaderamente difícil olvidar la atmósfera que suele haber en sus películas, o la cantidad de música emblemática que uno puede escuchar sin cansarse.

   Mimi wo sumaseba es una de esas películas que quizá pasen más desapercibidas del estudio Ghibli. Quizá porque no es una película fantástica como las que últimamente estamos acostumbrados a ver. Es una película que además tienes unos cuantos años (1995). La película en cuestión nos enseña la vida de una chica adolescente llamada Shizuku, apasionada lectora que descuida sus estudios para leer constantemente. En verano es cuando más puede leer sin problemas y un día después de estar con varios libros se da cuenta de que en la ficha de los libros aparece siempre el mismo nombre: Seiji Amasawa. Se pregunta durante algún tiempo quién puede ser ese chico que siempre marcan las fichas de los libros. Por un encuentro fortuito se encontrarán y empezarán a conocerse. Al final habrá una fuerte relación amenazada por los proyectos de Amasawa, que desea ir lejos para aprender el oficio de hacer violines. Además de estos dos personajes nos encontramos con el abuelo de Seiji que es un anciano simpático y agradable de esos que siempre da gusto ver en la pantalla. El abuelo de Seiji jugará un gran papel entre ambos personajes guiando a Shizuku en los momentos en que se siente más perdida. Hasta ahora parece que falta algo que es una constante en las películas del Estudio Ghibli. ¿Qué es? La fantasía. Pero no hay que desesperarse, al final esta tiene su pequeña aparición en la película. La película tiene un corte muy realista en el sentido de que no hay nada maravilloso o fantástico en la historia principal... hasta que nuestra protagonista decide escribir una novela. Aquí, en su mente fantasiosa, mientras escribe la novela veremos algunas escenas con escenarios fantásticos que son bellísimos.
   
   La película nos enseña ese momento por el que todos pasamos en la adolescencia donde no sabemos muy bien lo que queremos y buscamos a tientas, con miedo, hasta encontrarlo. Es por eso que esta es una película en la que vemos el crecimiento personal de la protagonista, con sus dudas, pataletas y encantos hasta que encuentra un proyecto propio: escribir una historia fantástica. La película tiene un gran encanto y nos regala algunas imágenes soberbias y espectaculares. Ni que decir tiene que la música es más que correcta (no se cuantas veces he tarareado Country road en la versión japonesa). Una de las cosas que falla para mi gusto en esta película es el final. Me parece poco creíble y creo que incluso un toque realismo hubiera sido más adecuado para no dejarla simplemente en una película juvenil sobre adolescentes. Es una pena que esta película quedara en un "entretenimiento para toda la familia". Podría haber dado mucho más de sí.
 
Mi nota: 6


martes, 28 de mayo de 2013

La pintura moderna y otros ensayos

   El arte moderno a más de uno nos parece incomprensible. De hecho parece que la palabra incomprensible se queda corta y detrás de ella resuenan también palabras como patético, insultante y desconcertante. Parece que incluso está asociado de alguna manera a una clase cultivada capaz de entenderlo y apreciarlo. Lo que me quedó claro hace tiempo es que si bien no es una tomadura de pelo, es un mundo donde la vista como sentido no basta para entenderlo. Lo inteligible, lo racional, el texto cobran una mayor importancia a la hora de comprender una obra o de contextualizarla. Esto explica que algunos artistas tomen la pluma para escribir acerca de sus pretensiones. Me viene a la cabeza algunos libros... De lo espiritual en el arte o Punto y línea sobre el plano... La cuestión es que parece que el arte es más un medio para expresar conceptos e ideas que uno para hacer cosas "bonitas". Esto no es que fuese distinto antes, lo que ocurría es que a la expresión de ideas iba acompañada una pintura bella. "La primavera" podría ser un ejemplo. Detrás de sus figuras se esconde un mensaje acerca del neoplatonismo de la época que triunfaba en la Florencia renacentista. ¿Cómo puede darse un cambio tan brusco entre esta obra de arte, una de Duchamp o la expresionista abstracto? Bien pues aquí entra en acción una figura nueva: el crítico de arte. En este caso, Clement Greenberg que en su ingente obra traza un relato que pretende crear una "naración" o una historia coherente de qué es lo que ha provocado que de un cierto tipo de obras de arte se pase a uno completamente distinto y nuevo. En este pequeño libro no se contiene todo su trabajo. Solo una pequeña parte, una pequeña selección de artículos suyos que nos dan una idea de cómo planteaba la cuestión.

   Greenberg parte de la idea de que el arte no es algo para todo el mundo, porque este implica dificultad. En principio no tiene como objetivo agradar y esto es lo que lo diferencia de las obras de la cultura de masas (él lo llama kitsch). La dificultad que conlleva "la cultura superior" se debe a su grado de artificialidad:
  "La cultura superior es una de las creaciones más artificiales llevadas a cabo por el hombre, y el campesino no encuentra una urgencia natural en su interior que le conduzca hacia Picasso al coste de tantas dificultades" (p. 40).
    Sin embargo lo más importante de la selección de aquí no es ver el surgimiento de la división de la alta y la baja cultura sino el de trazar el "relato histórico" que de sentido a los cambios de la pintura en los últimos siglos. Para tal fin se vale de la idea de "medio", pues este que hace específica a cada rama de arte. Por ejemplo: a la escultura le corresponde las tres dimensiones y a la pintura dos.

La mesa de Cocina, Cezanne


    Valiéndose de estas distinciones nos describe cómo algunos artistas (Cezanne, por ejemplo) son cada vez más conscientes de que la pintura ha abandonado su esencia (las dos dimensiones) por la profundidad o las tres dimensiones (propias de la escultura). Es entonces cuando se embarcan en una experimentación pictórica para poner de manifiesto la planitud del cuadro y de este modo romper con la tradición de la profundidad instaurada por Giotto. Es entonces cuando los elementos de los cuadros se van amontonando para dar la impresión de que la profundidad es menor. El descubrimiento que se hacía en esta ruptura era que las dos dimensiones, la planitud, también merecía considerarse como categoría estética para así alcanzar un arte "puro". 
"El problema no habría sido entonces de qué manera rehacer a Poussin a partir de la naturaleza, sino cómo conciliar cada elemento de la ilusión de profundidad con la forma de la superficie del lienzo, dotada de unos derechos estéticos igualmente válidos. El verdadero objetivo de la búsqueda de Cezanne era enlazar más firmemente la ilusión tridimensional con un efecto de superficie, la integración de plasticidad y decoración" ( p. 58).
   En algún otro artículo de los que integran el magnífico librito de Siruela se ahonda en esta idea. En el s.XIX se hace esa búsqueda del espacio que le es propia a cada arte (a la pintura las dos dimensiones, a la escultura las tres dimensiones) para crear un arte "puro", "autodefinido". En el s.XX sería cuando ya se llega al final del recorrido con el expresionismo abstracto en pintura y Picasso en la escultura. Greenberg parece ser, por tanto, el hombre que ha hecho una especie de "radiografía" del arte y sus propósitos para determinar qué es arte y si es bueno o no. A esta lectura histórica le surgirían muchos detractores posteriormente y muchos de ellos provendrían del surrealismo  y del arte pop... pero eso ya no tiene nada que ver con el libro.

   Aquel tema que expusimos va componiendo la mayoría de los artículos, breves por lo general, de un libro que también es breve. De hecho el libro de Siruela a pesar de ser bonito y cómodo es tan corto que no llega a las 200 páginas. Y vale nada más y nada menos que 13 euros. Es un auténtico timo por parte de una buena editorial no poner un libro a un precio ajustado a las características del libro. Dejando el tema de la edición del libro solo me queda por decir que es un libro interesante, que se deja leer muy bien por la forma sencilla en que está escrito y que nos da la oportunidad de leer a uno de los grandes críticos de arte del s. XX. Me ha resultado un libro curioso más que atractivo o bueno... como creo que nos pasaría a todos aquellos que no estemos especialmente interesados en el arte.




miércoles, 1 de mayo de 2013

Entremundos en la historia de la filosofía (I)

Sobre la idea de infinitud en pág. 167:

    "La infinitud misma se convirtió muy tarde en objeto de conceptos y veneración. El mundo antiguo era un mundo de la forma, de lo plástico, de la configuración. "Peras", el límite; "opos", el concepto, y "morfe", la figura: las delimitaciones constituyen, en griego, supremos conceptos de valor. Informe e infinito es el caos, lo bárbaro, lo incipiente, sólo en Anaximandro tiene lo ilímite, el "apeiron", otro sentido, pero ahí se entremezclan elementos orientales, y no griegos. El pensamiento griego, en todo caso, gira de suyo en torno a existencias formadas, configuradas. Lo que no está configurado puede, sí, existir, pero solo como caos; no puede existir en las alturas; Zeus y el Olimpo son objetos totalmente determinados, delimitados." 

jueves, 18 de abril de 2013

"Después de Babel" de George Steiner

Sobre el lenguaje privado. Págs. 212-214


     (...) Encarnan (Celan y otros escritores) una rebelión de la literatura contra la lengua, comparable a, pero quizás más radical que, cualquiera de las que ha tenido lugar en el arte abstracto y la música aleatoria y atonal. Cuando la literatura se empeña en romper el molde lingüístico y público y se convierte en idiolecto, cuando busca la intraducibilidad, hemos ingresado en un nuevo universo sensible.
   En un poema breve y minucioso de tan denso, Paul Celan habla de una "escritura de sombras sobre las piedras". La literatura moderna está guiada por una necesidad de explorar esta "litografía", esta "ecriture dombres". Estas tienen poco que ver con la claridad y el desarrollo de las secuencias del discurso público. Para el escritor nacido después de Mallarmé , la lengua violenta la significación aplanándola, destruyéndola, como ocurre cuando una criatura de las profundidades marinas es sacada a la luz del día y a las bajas presiones de la superficie.
   Sin embargo el hermetismo que se desarrolla de Mallarmé a Celan no es la rebelión contra la lengua más total de que tengan noticia las letras modernas. Surgen otras dos orientaciones. Paralizado por por el vacío de las palabras, por el hiato que hay entre la percepción individual y las heladas generalidades del habla, el escritor cae en el silencio. Esta táctica del silencio se remonta a Hölderlin, o más exactamente, al Hölderlin elevado a rango mítico, cuyo retrato ha transmitido la literatura moderna; los comentarios hechos por Heidegger entre 1936 y 1944 constituyen una ilustración representativa. El carácter fragmentario y a menudo laberíntico, de la poesía del último Hölderlin, el colapso del poeta en la apatía mental y en el mutismo admiten ser leídos como una demostración de los límites de la lengua, de la impotencia total del lenguaje ante el resplandor y el secreto de lo inefable de la significación. O, como Wittgenstein le decía a propósito de su "Tractatus" a Ludvig Ficker, en una carta fechada a finales de octubre de 1910: "mi obra tiene dos partes: la que aquí ha sido presentada y todo lo que no he escrito. Y es precisamente esta segunda parte la que más importa."
   La forma clásica de la paradoja aparece en "La carta de Lord Chandos" de Hofmannsthal, de 1902. El joven noble isabelino se ha enardecido por visiones poéticas y filosóficas, por la intención de descubrir el más oculto centro órfico del arte y de la mitología. Toda la creación, la historia entera constituyen a sus ojos un Código. Pero ahora descubre que apenas puede hablar y que la idea de la escritura es una absurdo. El vértigo lo asalta cuando piensa el abismo que se abre entre los fenómenos humanos en toda su complejidad y la abstracción trivial de las palabras. Torturado por una lucidez que alcanza la escala microscópica, Lord Chandos vive la realidad como un mosaico de estructuras integrales y descubre que la lengua es una taquigrafía miope. Al considerar los objetos más ordinarios con obsesiva atención, Chandos ingresa en el laberinto de una especialidad autónoma: se pliega a la vida de la carretilla en el cobertizo, a la del escarabajo acuático que con sus patas de remo surca el océano de un balde de agua. El lenguaje, tal y como lo conocemos, no proporciona ningún acceso a esta auténtica pulsación del ser. El relato que hace Hofmannsthal narra con sagaz habilidad esta helada empatía:

    "Paréceme entonces ser yo mismo el que está en fermentación, el que despide burbujas, bulle y fulgura. Y todo se vuelve una suerte de pensamiento febril, pero cuya expresión es más inmediata, más fluida, más ardiente que las palabras. Son remolinos, pero en lugar de arrastrarlo a uno, como los remolinos verbales, a quién sabe a qué región abismal, de alguna manera me lleva a mi propio ser y al sosiego más profundo."

    Más adelante volveremos a esta descripción de una matriz del pensamiento mucho más inmediata, más fluida e intensa que la del lenguaje. Como surge de un escritor que estaba empapado en la música, la noción de las espirales de la introspección que desembocan en fundamentos mucho más profundos y estables que los de la sintaxis  resulta del mayor interés. Sin embargo, es obvio que ningún lenguaje humano puede aspirar a una intensidad semejante de visión y serenidad. Chandos está en busca de una lengua "cuyo vocabulario ignoro, aquella lengua en que me hablan las cosas mudas y en la cual deba quizá algún día, desde la tumba, responder por mis actos ante un juez desconocido". Por lo que hace al universo natural, se trata de un lenguaje totalmente privado, o bien es el lenguaje del silencio.

martes, 2 de abril de 2013

El alquimista trovador (libro)





  Pensadores los ha habido muchos y de muy diverso carácter y talante. Unos, creyendo haber encontrado la verdad fueron intransigentes; otros, en cambio, fueron más permisivos. Y hubo algunos que se resignaron al ver que sus ideas no ejercían excesiva influencia. Platón fue un ejemplo de estos últimos cuando decía que cuando llueve y los demás no se refugian a pesar de que se les avisa, lo único que puede hacerse es cubrirse uno mismo y esperar que los demás también lo hagan. En medio de los intransigentes y los resignados se encuentra Ramón Llul: figura valiente que estuvo dispuesto a correr riesgos para convencer a los demás y crear consensos con sus ideas sin el fanatismo propio de la nueva época. Porque, en efecto, los nuevos tiempos que se avecinaban no iban a salvaguardar la convivencia que se mantuvo en los reinos cristianos y Al-Andalus en torno al s. XIII. Ahora, este libro, "El alquimista trovador" nos da una idea de la época y del personaje con gran maestría.



    Ramón Llul es un personaje que no debería necesitar presentación pero da la casualidad de que el tiempo ha surtido un mal efecto en su figura, haciendo que no sea demasiado conocido. De hecho incluso en las facultades rara vez se le menciona. Una novela apareció hace algunos años con el fin de dar a conocer su figura... Eso sí con una interpretación propia. El autor, Luis Racionero, supo enfrentarse a la ingente obra de Ramón y no solo se limitó a eso, sino que además leyó más literatura sobre el tema para informarse adecuadamente de sus múltiples facetas porque Llul fue un hombre multifacético: conocedor de muchos campos como la lógica, la filosofía y la teología siempre se caracterizó por un amplio conocimiento del mundo islámico. Y esto es algo que se refleja en la novela con sus diálogos con Arnaldo Vilanova o Ibn Arabi, personajes que conoció y que le influyeron según algunos intérpretes del pensador mayorquí. Pero este no es solo un libro que nos relate la vida de Ramón Lull. A esta novela se la podría calificar casi de novela histórica pues si bien no se sitúa en el centro de los hechos sí que está muy cerca de ellos. Y lo cierto es que no podía haber escogido un personaje más adecuado porque Lulio fue viajero infatigable de todas las cortes eurpoeas y de buena parte de las islámicas. En las cortes europeas intentaba convencer a los monarcas de que había enconstrado un método racional para convercer a musulmanes y judíos de que sus religiones eran falsas. A pesar de querer utilizar razonamientos y la lógica hay que destacar que Raimundo es (en el libro) profundamente intuicionista y, cuando va a la universidad de París, donde casi todos eran profundamente racionalistas, no comparte muchas de sus ideas. Y tenemos interesantísimas conversaciones en ese ambiente con Duns Escoto.
(...) había tratado de argumentar fríamente con Escoto, pero su temperamento lo traicionó:
          - ¡Los escolásticos! ¿Quiénes son los escolásticos?- estalló vehementemente-. Los grandes        cobardes, los hombres que se atontan con el pensamiento, que se envuelven en conceptos por miedo al flujo de la vida, débiles temblorosos que se agarran a las piedras del río para no dejarse llevar por la corriente. Y las piedras son los conceptos fijos que ellos mismos han inventado, violentando la realidad. ¿Dónde están, realmente, los conceptos fijos? Todo cambia, todo fluye, todo se trasforma. Y ellos, cobardes quieren fijeza y la inventan en su cabeza para ponerla allí donde no existe, a su alrededor, y vivir tranquilos en este mundo ilusorio de su pensamiento. 

  Así lo hizo Aristóteles contra Heráclito, Maimónides contra Nahmávides, y continuará la lista de los cobardes frente a los lúcidos, de los racionales contra los gnósticos. Colóquese cada uno allá donde quiera, pero ¡sepamos al menos dónde está cada uno de nosotros, y distingamos de una vez al cobarde del lúcido! ¿O es que estamos durmiendo? (...)

    Las conversaciones con Duns Scoto, Roger Bacon, Mohidín, Nahmávides y otros es el nexo que va uniendo los múltiples viajes de Raimundo por el mediterráneo, dejándonos una estela de personajes memorables y con voz propia. Y, precisamente gracias a los encuentros que va teniendo con ellos, vamos viendo cómo el personaje principal se va desarrollando tanto como persona como pensador de gran talla.


    Por otra parte y junto al relato de la vida de Lulio vemos a unos reyes avarientos cuyas miradas estaban más centradas en ampliar su poder que en el lejano oriente, a pesar de que los mongoles y su rápido avance comenzaban a preocupar. Felipe IV el hermoso, Federico II de Hohenstaufen, Jaime I el conquistador y sus hijos son los principales monarcas que aparecen. Y a través de ellos nos vamos enterando de los conflictos y de la política de la época. Así es como sabemos que Francia se va convirtiendo en el brazo armado del vaticano, dando inicio a una peligrosa alianza que amenaza a reinos más pequeños como el de Aragón y Sicilia. Estos últimos, por su parte,  afrontarán el problema con una alianza que tiene como fin unir las coronas de tal forma que Sicilia acabe siendo territorio de Aragón... Lo mejor quizá es que hay momentos (muy pocos, la verdad) en que podemos ver los distintos talantes y caracteres de cada monarca. Uno de los que más me gustó fue aquel en el que el propio Jaime I se encuentra en una de sus ciudades con maza en mano, atacando a aquellos que ese día desobedecieron sus leyes y comenzaron a matar judíos. Esta escena nos pone sobreaviso de los tiempos intolerantes que estaban comenzando. Antes, si bien no había una relación especialmente buena entre judíos, musulmanes y cristianos sí que al menos había una convivencia más o menos pacífica. En los tiempos que se acercan ya no hay lugar para esa convivencia y en muchos de los diálogos de la novela se van lanzando pistas de la historia posterior de nuestro país y de Europa: la expulsión de musulmanes y judíos de España, las guerras de religión de la edad moderna, etc. También se avisa de los peligros de una razón que tan solo se emplea para dominar y destrozar el mundo... se nota que Luis Racionero es un crítico de la modernidad y de nuestros tiempos. Hay por esto cierto tono nostálgico de los tiempos de Ramón Llul, en los que los hombres todavía se preocupaban de saber qué era bueno o qué verdadero. Dejemos que este libro nos enseñe un mundo olvidado de gentes del pasado... pasado que mucho puede decir a nuestro presente turbulento.

martes, 19 de marzo de 2013

El alquimista trovador de Luis Racionero

Conversación entre Bonastruc (o Nahmánides) y Raimundo Lulio:

    -Los antiguos emplearon la estructura del cielo como clave y código general de conocimientos, a fin de que, en el caso de que todos los archivos y conocimientos humanos se perdiesen, fuera posible recobrar y reconstruir la estructura que formaba la base de todas las artes y las ciencias, calcando sobre un papiro o una mesa de madera la constitución del cielo. Por esto el conocimiento de la astrología antigua es indispensable para los investigadores de la naturaleza.

    Y Bonastruc fue señalando con la mano los signos del techo, desvelando ante los ojos ávidos de Raimundo los símbolos que ornaban la bóveda.

   - El cielo fue medido por los antiguos en doce grandes divisiones, a las que dieron el nombre de casas del zodíaco. Dentro de estas casas o signos se mueven los astros. Si consideras que a cada signo del zodíaco le corresponde una letra y que cada planeta tiene también su letra, el cielo se convierte en un alfabeto en movimiento en el que las letras planetarias van a colocarse delante de cada una de las letras fijas zodiacales. Así están escritos en los cielos los nombres los nombres que encontraremos en todas las grandes religiones: Ishwatra o Iesus-rex, Maha-Maya, o la Virgen de las grandes aguas celestiales. Todo está escrito con letras de fuego en el firmamento.

martes, 26 de febrero de 2013

Toshokan Sensou (Library war)


   No sé cuántas veces se ha visto estrellarse una historia de novela al adaptarse a otro medio. Los ejemplos son muchos (el más reciente El hobbit). En este caso no se si se ha producido ese choque pero sí desde luego una falta de previsión. Teniendo en cuenta que las novelas vendieron en su tiempo algo más de dos millones de ejemplares quizá deberían haber sido más ambiciosos con el anime. Pero bueno estoy empezando a opinar sin ni siquiera contar el argumento...

   Si hay algo que ha preocupado a la política siempre más que cualquier otra cosa es el control ideológico. Esa es su "manera" de intentar mantener el "orden". Novelas como Farenheit 451 nos recuerdan el peligro que conlleva el afán de control de algunos estados. Toshokan sensou retoma esa línea y nos sitúa en un Japón en el que el estado toma medidas para implantar una censura. Para ello se crean cuerpos especiales que dedican todos sus esfuerzos a eliminar aquellos libros y materiales que el estado considere "peligrosos" o dañinos para el orden público. La libertad de expresión es permitida... siempre y cuando diga aquello que no moleste a las autoridades. Ante esta perspectivas aquellos que son partidarios de la defensa de la libertad de expresión se alistan en una especie de ejercito que pretende defender las bibliotecas y los museos de las fuerzas del estado. Hasta ahora puede resultar más o menos creíble... Pero la forma de presentarlo se va haciendo más inconsistente conforme se va desarrollando en los capítulos. Voy a intentar explicarme: este ejército clandestino que reclutan y entrenan las bibliotecas (¿desde cuándo las bibliotecas tienen tanto dinero como para poder armar tropas?) son capaces de resistir ataques del estado... un estado que tiene un ejercito no es capaz de hacerse con unas cuantas bibliotecas y museos. Además de eso siempre que salen escenas de alguna biblioteca aparecen personas por ahí andando y mirando tranquilamente libros. Me pregunto cómo alguien podría ir a pasar la tarde en una biblioteca o un museo cuando es consciente de que en cualquier momento puede ser atacada por el estado. Estos agujeros argumentales supongo que tendrán una explicación en los libros pero desde luego en la serie no se intentan rellenar y esto hace que en ocasiones las situaciones puedan parecer absurdas. Pero más grave que los agujeros argumentales es la brevedad de la serie. Nunca me ha molestado la brevedad de una serie. Todo lo contrario. Siempre he pensado que en muy poco tiempo se puede decir mucho y de mejor forma que de manera extensa... Sin embargo la brevedad a esta serie no le sienta bien. Debido a ello los personajes apenas tienen espacio para desarrollarse y que nos impliquemos con ellos. Sin resultar planos y prototípicos no nos encontramos con personajes verdaderamente llamativos, y esto tiene un gran impacto en la historia. En Kimi ni todoke casi todos esperan que suceda lo que acaba sucediendo pero aquí, por ejemplo, no se siente la misma empatía. A su favor tiene que en Library war la relación de los personajes no resulta empalagosa. Además, la relación de Kasahara, el personaje principal, y el teniente no es muy distinta a la que se puede ver en muchas series... pero tiene algo distinto que la hace ligeramente especial. Quizá sea que al vivir en un régimen de vida casi militar las situaciones que se dan entre ellos sean poco normales y más serias. El resto de personajes no tienen nada destacables, pues apenas aparecen.

   Me he dedicado a demoler un poco esta serie pero voy a romper un par de lanzas a su favor. A mi me ha gustado todo: me gustaron los personajes, el dibujo, la historia que cuenta, etc. Podría haberse mejorado mucho y sin duda había materiales para crear una historia seria, pero los responsables del anime parecen no haberse esforzado lo suficiente por dar un producto pulido. Aunque hayan fracasado en muchos puntos me ha quedado un buen recuerdo de la serie y espero ver dentro de poco la película que sacaron. 

Mi nota: 4,5




lunes, 11 de febrero de 2013

Historia de Venecia




 Como, en el arsenal, los veneciano/ Hierven la tenaz pez en la invernada/  y embrean los bajeles que no sanos/ están para la mar, y es fabricada/ nueva nave  por unos o, afanosos,/           calafetean otros la averiada;/ y proa y popa arreglan industriosos,/ o entre remos y cuerdas se reparten/ su afan, ya alzan trinquetes poderosos;/ tal, por el fuego no, con divino arte,/ hirviendo estaba abajo la prez pringosa/ que impregnaba el hondón de parte a parte".

            Dante, Divina comediael infierno, XXI, 7-18








   Hay momentos en la historia en que es poco probable que ciertas cosas ocurran, pero sin embargo acaban sucediendo. Venecia puede dar fe de ello: una ciudad construída sobre una laguna, sin terrenos cultivables y sin riquezas propias. Sus primeros habitantes huyendo del malestar del continente, con continuas invasiones bárbaras, pensaron que bien valía sacrificar las riquezas a cambio de la seguridad de sus islotes. E hicieron una apuesta acertada: esta ciudad asentada sobre pequeñas islas cercanas no podía ofrecer un botín atractivo a ningún conquistador... Y sin embargo pocos siglos después nos encontramos con que una sola ciudad tiene el control comercial de todo el mediterráneo. ¿Que pudo hacer que de un pueblo de pescadores surgiera una metrópoli, una potencia militar capaz de medirse con cualquier reino? La respuesta no es fácil pero John Julius Norwich la contestará de la mejor forma posible en su libro de historia de la ciudad. Es un poco impreciso decir historia de la ciudad: hablar de la historia de Venecia es hablar de la historia de los cambios de poder en todos los reinos que se situaban alrededor del Mediterráneo. Como potencia, Venecia, estaba al tanto de estos cambios, pues como era normal, le afectaban. Elegir el bando adecuado para salir beneficiada: no perder nunca, siempre salir ganando... Esa era la estrategia veneciana que le proporcionaría todas sus maravillas y las riquezas de las que disfruto durante tantos siglos. Como es de esperar con estos planes en mente nadie podía ser un aliado permanente. El que hoy era amigo sería al que mañana había de enfrentarse. Sabiendo esto muy bien los venecianos entablaron una relación privilegiada con el que sabían que siempre sería su aliado: el mar. El mar era quien les protegía de las invasiones y a través de él controlaban el comercio de las pieles, las sedas, las especias y todos los productos valiosos que llenaban sus arcas... la gran ruta de la seda que venía desde China era la arteria que permitía vivir a la ciudad con grandeza y la que hacía que la ciudad acercara el oriente a occidente. Marco Polo es una prueba viviente de los contactos habituales de la ciudad con el oriente. Sin duda los venecianos tenían un contacto especial con el oriente gracias a sus intercambios comerciales. ¿Cómo era ese oriente que conocieron los hijos de pescadores de Venecia? ¿Y cómo era el occidente después de Roma? ¿Había espacio para una nueva potencia en un mundo lleno de ellas?


   En oriente están los restos del imperio romano, todavía poderoso, y en el este el imperio alemán enzarzado en sus peleas con el Papado. Rodeado entre gigantes, la joven República no podía dedicarse a la expansión territorial. Tuvo que destacar en aquello que pudo: el comercio. Pronto se verían en todos los puertos del Mediterráneo la enseña del león de San Marcos y fruto de la prosperidad de sus riquezas, la envidia de los demás. Por su importancia como urbe a la ciudad le correspondía hacerse cargo del adriático y mantenerlo lejos de las codiciosas manos de los piratas. Al buen estado en que se encontraba la ciudad solo le pudo llegar una afortunada ocasión de expandirse: las cruzadas. Ningún país contaba con una flota armada capaz de llevar ejércitos enteros por el Mediterráneo y si se quería llevar a buen puerto la empresa de las cruzadas la flota de Venecia era necesaria. Los venecianos estaban dispuestos a ayudar siempre y cuando se les pagaran las cantidades que se acordaran... la fe de Venecia no era muy fuerte... preferían que la fuerza de su fe se reforzara con una bolsa llena de monedas de oro. Como se ve en muchas partes del libro los venecianos eran unos auténticos buitres dispuestos a hacer lo que fuera con tal de sacar beneficio. El mejor caso es el de la cuarta cruzada en la que para que los aliados fueran a luchar a oriente se les exigió un gran pago. Al no poder hacer frente al pago, el dogo de Venecia, Enrico Dandolo, les hizo una oferta a los cruzados: conquistar Constantinopla con el pretexto de poner en el trono a un "legítimo" sucesor. La carnicería fue muy rentable: de todas las ciudades del imperio obtendría una cuarta parte y unos derechos comerciales exclusivos, además de las incontables obras de arte que robaron.


   Una vez recibido como pago el oriente (como dice Wordworth) Venecia se podía permitir ahora enfrentarse a dos rivales italianos: Génova y Milán. Venecia comenzaba de este modo una expansión en la península italiana. Con Génova tuvo diversas guerras en las que la república no siempre salió bien parada. Era normal que nunca se resolviese la situación en una guerra: cuando dos potencias sobreviven gracias al comercio, las guerras prolongadas con resultados decisivos no son una elección posible. Al final, Génova cayó en un proceso de decadencia política y comercial. La principal rival comercial ya no molestaría a los navíos de San Marcos, pero las propiedades de Milán bajo el mando de Visconti todavía le causarían problemas a la "Serenísima república".

   Pero todo esto es solo una parte de lo que el libro nos cuenta: las costumbres, la arquitectura, el arte, las instituciones, el sistema político y otras facetas son tratadas con el objetivo de que el libro no se convierta en  un tocho lleno de fechas. Y de hecho funciona, el libro es muy entretenido. Esto se agradece aunque sus apreciaciones se pueden hacer molestas para algunos (entre los que me incluyo). No me refiero a las ocasiones en las que hace comentarios sobre algún monumento o alguna anécdota. No. Si hay algo que me molesta es cuando tilda al sistema político de Venecia como democrático... supongo que acepta el concepto de democracia que le es posible a un noble inglés. Olvidando ese aspecto (completamente superficial y que no afecta a la obra) es un perfecto libro: entretenido, didáctico, publicado en una buena edición y a buen precio... No veo suficientes excusas para que el que lea esto no vaya directo a comprarlo.




domingo, 3 de febrero de 2013

La unidad de la experiencia filosófia

Etienne Gilson es muy conocida por ser un historiador de la filosofía, un gran historiador del pensamiento. Sus estudios por lo general se centran en el pensamiento de la Edad Media. El pensamiento musulmán, el judío y el cristiano. No es extraño esto: Gilson es un neotomista, es decir, cree que Santo Tomás de Aquino dio con la solución a los grandes problemas del pensamiento. No es raro, por tanto, que conozca de manera brillante las ideas del medievo. Pero su erudición en aquella época no es suficiente, a ello se une una claridad expositiva y una profundidad intelectual que hacen que presente libros soberbios de historia del pensamiento. Este libro del que vamos a hablar no es un manual, no es un tomo de historia de la filosofía, aunque bien pudiera parecerlo... lo podría parecer porque en el transcurso de sus páginas nos habla de ciertos pensadores del pasado y su relación con otros posteriores. El autor ya se molesta en justificar esto: su libro no es una historia de la filosofía lo que pasa es que para él historia de la filosofía y filosofía están unidas. Como dice él mismo "la historia de la filosofía y la filosofía están más unidas que la ciencia y la historia de la ciencia". La historia para el filósofo es su laboratorio y a fin de no cometer algunos de los errores que ya se cometieron en el pasado debe ser un buen conocedor de ese pasado. Así, la historia se convierte en algo productivo y en una eficaz prevención que asegura que una investigación pueda ir por buen camino. Aquí, en este libro se apoyará en ciertos momentos históricos para intentar saber si hay algo que se pueda llamar experiencia filosófica y en qué se diferencia de otras experiencias.

 
   Empezará el recorrido tratando eso que en el medievo se llamaron universales, es decir conceptos que se aplican a una multitud de entes, y la problemática que arrastran tras de sí. ¿Tienen existencia por sí mismo? ¿Son un mero producto de nuestro mente? ¿Cómo surgen en nuestra mente? Todas estas preguntas fueron el tema principal de las discusiones durante buena parte del medievo puesto que detrás de ello se hallaban cuestiones muy importantes. Sin respuestas a ellas o con malas respuestas se podía acabar sin saber cómo podíamos conocer algo o qué tipo de estructura tenía la realidad. Abelardo fue uno de esos hombre que pretendió responder a tales preguntas, aunque no fue el único. Lo que nos enseña Gilson es que tomando ciertos caminos las respuestas podrán ser acertadas o infortunadas. De ahí el nombre de sus capítulos: filosofía y lógica, filosofía y teología... una vez escogido un camino, y si este es erróneo, nos encontraremos con dificultades insalvables y respuestas parecidas. Abelardo cogió uno de esos caminos erróneos: decidió utilizar la lógica para problemas que no eran lógicos.

"Como ciencia aparte, la lógica se refiere primariamente, no a la naturaleza u origen de nuestros conceptos, y menos aún a la existencia y naturaleza de sus objetos externos"
    No os voy a contar las conclusiones a las que llegó, pero sí voy a destacar las sorprendentes analogías que Gilson hace en ocasiones. De tener un sombrero me lo quitaría ante él. Es maravilloso cómo relaciona las conclusiones de un filósofo medieval (Ashari) con Malebrance y Berkeley. Y estos lúcidas analogías las hace durante todo el libro para mostrarnos que, como si de un hecho físico se tratara en el que una determinada causa le correspondiera un efecto, a ciertas premisas les corresponde ciertas conclusiones independientemente de cualquier otro factor. Eso es lo que haces que pensadores tan distintos como Ashari o Malebranche, a pesar de sus contextos y preocupaciones propias, acaben con conclusiones similares. Cogiendo en el hilo de Ariadna estos elementos nos lleva a la filosofía moderna de Descartes, Spinoza o Kant para conducirnos al fin al conocimiento de qué es la experiencia filosófica... Es un libro imprescindible,